La versión S del Alpine A110 es la más potente de este emblemático coupé biplaza francés que nació en la década de los 60 del siglo pasado y logró numerosos éxitos en los rallyes del campeonato del mundo haciendo triplete en el rallye de Montecarlo de 1973 tras ganar en el 71 con Ove Andersson y siendo segundo Jean-Luc Therier.
Dotado de un motor de 1.8 litros con turbo que genera 292 caballos y favorecido por su escaso peso, poco más de 1.100 kilotrmos, la “berlinetta azul” posee unas prestaciones de primer nivel con rendimientos muy deportivos.
La disposición del motor central trasero, el reparto de pesos y su centro de gravedad bajo (suspensión más rígida y rebajada respecto al 252 c.v.) le hacen ser muy neutro, y previsible en sus reacciones. El A110 S alcanza una velocidad máxima de 260 kms/h y acelera de “0 a 100” en 4,4 segundos. En conducción normal consume sólo 5,6 litros en carretera.
El cambio es un EDC automático de doble embrague y 7 relaciones que pasa la potencia a las ruedas posteriores. El aumento de potencia conlleva un aumento del par motor que ayuda para no tener que actuar constantemente sobre el cambio.
Este tiene un teclado en el tunel central que se reduce a las letras D, N y R. Para la conducción deportiva se puede recurir a las levas tras el volante. Este lleva un pulsador rojo que convierte al Alpine en una fiera.
El chasis del A110 S es una estructura de aluminio (96%) con celula de seguridad y tanto la suspensión delantera como la trasera responden al esquema de doble triángulo. Por otro lado, el equipo de frenos se ha dimensionado para detener a esta versión potenciada. Así, de los 296 mm. de diámetro de los discos de la versión con 252 c.v. se ha pasado a los 320 mm. El A110 S frena mucho y bien, sin efectuar extraños. Los neumáticos de 215 delante y 245 detrás en llanta de 18” pulgadas ayudan y ofrecen gran seguridad.
Al lado derecho del cono del volante figura un “botón rojo” que al pulsarlo altera al A110 S, cambia diversos parámetros del motor y elimina las ayudas a la conducción. En ese instante, el “pura sangre” ofrece toda su rabia y se torna diabólico. El puesto de conducción bajo, el baquet y el aluminio del pedalier invitan a pisar a fondo. El motor ruge y sube de vueltas como un rayo y las marchas deben engranarse con celeridad mediante las levas. Preciso y previsible, en curvas desliza pausadamente.
Botón rojo, excitante y diabólico
Al lado derecho del cono del volante figura un “botón rojo” que al pulsarlo altera al A110 S, cambia diversos parámetros del motor y elimina las ayudas a la conducción. En ese instante, el “pura sangre” ofrece toda su rabia y se torna diabólico. El puesto de conducción bajo, el baquet y el aluminio del pedalier invitan a pisar a fondo. El motor ruge y sube de vueltas como un rayo y las marchas deben engranarse con celeridad mediante las levas. Preciso y previsible, en curvas desliza pausadamente.
