No todo puede ser fiesta. Parece un tópico pero ayer la asociación Amigos del Descenso Folclórico del Nalón lo hizo realidad. Los responsables de la entidad organizaron una sextaferia para, una semana después de la celebración del festejo fluvial, limpiar el cauce y dejar el Nalón como los chorros del oro. Para la fiesta habían aparecido miles de romeros, pero para limpiar sólo se presentaron veinte personas enviadas por las peñas participantes. Contaron con la colaboración del Ayuntamiento de Laviana y realizaron las labores en el cauce desde La Chalana hasta Puente de Arco.

Veinte parecen pocos, pero la participación va en aumento. Alfonso Maestre, uno de los coordinadores de la actividad, apuntó que "nos ha acompañado más gente que el año anterior y mucha más que el primero". La idea de organizar esta limpieza surgió en la entidad Amigos del Descenso Folklórico porque, según Maestre, "daba pena ver cómo bajaba el río de mal después de la fiesta". Se reunieron, lo expusieron a las peñas y la idea salió adelante. "Es una cuestión de ética y civismo", esgrimió Maestre, quien añadió que "si la celebración es de todos, con la naturaleza tenemos que hacer lo mismo. Hay que cuidarla".

El objetivo va más allá. Según Maestre, "nuestra idea es seguir ganando en participantes y concienciar a la población". Las peñas suelen acudir, pero la invitación también se extiende a vecinos y colaboradores externos que quieran participar. Implicar a la gente más allá de las peñas es una asignatura pendiente: "Es cierto que es algo voluntario que las peñas se toman como una responsabilidad y es su gente la que aporta el granito de arena en la limpieza", lamentó el responsable de la entidad. Sí cuentan con la colaboración de Cogersa y el Ayuntamiento de Laviana, que este año han prestado los útiles necesarios para realizar las tareas.

Trabajaron bien y mucho, pero no hay cifras exactas sobre la cantidad de residuos. Maestre reconoció que "siempre se acumula bastante, pero esta vez hubo grupos que por voluntad propia han venido a lo largo de la semana para recoger lo que ellos mismo habían dejado". De esta manera, el trabajo de última hora es mucho más ligero, y como ellos mismos exponen "al ser más gente que otros años es mucho más llevadero". La meteorología ha estado de su lado durante los tres años de sextaferia. "Este trabajo con lluvia o malas condiciones en el río sería imposible de realizar", apuntan los organizadores. Los Amigos del Descenso remarcan que la limpieza también es parte, aunque menos divertida, de la fiesta.