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Afronta ocho años de cárcel por abusar de una mujer discapacitada tras el Acuario

Los padres de la víctima presentaron la denuncia, que motivó una complicada búsqueda para dar con el acusado, residente en Avilés

Afronta ocho años de cárcel por abusar de una mujer discapacitada tras el Acuario

S. F. L.

Un avilesino de 35 años afronta una condena de ocho años de cárcel y una década de libertad vigilada por abusar sexualmente de una gijonesa de 39 años que padecía un ligero retraso mental que le impedía ser consciente de lo ocurrido. La personalidad de la víctima es como si de una niña de unos diez o doce años se tratase, según relataron en su día los investigadores de estos hechos, ocurridos en agosto de 2018 en la zona de Poniente, tras el Acuario de Gijón, y a plena luz del día.

El procesado se acercó supuestamente a su víctima a las 11.30 horas del 1 de agosto de 2018 en la explanada de la playa de Poniente. Según relata el ministerio fiscal en su escrito de acusación, este individuo "aprovechó que la mujer padecía un retraso mental ligero y un trastorno de la conducta con limitaciones funcionales" para entablar una conversación con ella, aprovechando que siempre daba paseos por esa zona. Le preguntó dónde estaba la playa del Arbeyal y, acto seguido, la cogió de la mano, la abrazó y la llevó hacia la parte de atrás del Acuario. La víctima tiene reconocida una discapacidad psíquica-física del 65 por ciento.

Este individuo tenía preparada una toalla en el suelo detrás del Acuario. Al llegar hasta ese lugar con ella, y sin emplear fuerza ni violencia, abusó sexualmente de la mujer. Cuando completó los abusos, el procesado se fue y dejó a su víctima sobre la toalla, "que posteriormente utilizó para limpiarse". Luego, ella se dirigió a su domicilio, donde les contó a sus padres lo que había sucedido sin darle mayor importancia. Los progenitores acudieron de inmediato a las dependencias policiales de El Natahoyo para denunciar los hechos.

La investigación corrió a cargo de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) y no fue nada sencilla, pues la afectada no pudo ofrecer una descripción clara y detallada de su agresor. Eso sí, las pesquisas permitieron con el tiempo identificar al sospechoso, pero no se le encontró en su domicilio. No obstante, la presión sobre su entorno motivó que acabase personándose en la Comisaría de la Policía Nacional de Avilés al saber que le estaban buscando. Según explicaron los investigadores, este hombre desconocía el motivo de la búsqueda, pero como tenía antecedentes por delitos contra el patrimonio acudió voluntariamente. Hasta Avilés se desplazaron agentes de Gijón, que le pusieron a disposición del Juzgado de guardia, que decretó su ingreso en prisión provisional en febrero de 2019.

Según el fiscal del caso, estos hechos son constitutivos de un delito de abuso sexual sobre una víctima especialmente vulnerable por el que procede imponer al procesado las penas de ocho años de prisión e inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena. Además, interesa la pena de diez años de libertad vigilada con prohibición expresa de aproximarse a la víctima y a sus familiares a una distancia inferior a 500 metros y la obligación de participar en programas de educación sexual. En concepto de responsabilidad civil el acusado deberá indemnizar a su víctima en la cantidad de 12.000 euros por los daños morales causados. El juicio tendrá lugar en septiembre en la sede gijonesa de la Audiencia Provincial.

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