Luarca, E. PELÁEZ

Las sirenas anunciaban su llegada. Policías y coches patrulla en el patio del Colegio Ramón Muñoz, de Villar (Luarca). No había ocurrido nada. Los agentes pasaron ayer la mañana en el centro educativo enseñando a los alumnos algunos de sus medios y explicando la labor que realizan diariamente. Unos cuatrocientos estudiantes de los colegios Padre Galo, José García Fernández, Ramón Muñoz y el instituto, todos ellos de Luarca, el centro San Miguel de Trevías y el Colegio Rural Agrupado (CRA) Álvaro Delgado se dieron cita desde las diez y media de la mañana en las instalaciones educativas. Los niños, de todas las edades, se concentraron alrededor de una zona vallada esperando la llegada de los agentes. Con un leve retraso se inició la «operación» policial.

Lo primero que llamó la atención de los alumnos fueron las motos, que abrían la marcha de vehículos que accedieron al centro del rectángulo que cerraban los niños. Dos agentes recorrieron el recinto dejando a los estudiantes que se acercasen a las motos e incluso se subiesen en ellas. Alguno de ellos pudo probarse el casco, aunque las dimensiones no eran las más adecuadas, y fueron varios los que disfrutaron accionando las sirenas y acelerando con el vehículo detenido.

Era el primer plato de la exhibición que la Policía Nacional había preparado para desarrollar ayer en Valdés. Aún quedaban por explicar su cometido la unidad de subsuelo y los guías caninos. La llegada de los perros al recinto fue recibida por los niños con sonora algarabía. Uno a uno los canes fueron demostrando sus habilidades en distintos campos. Primero fue un ejercicio de obediencia con Bres. Antes de su actuación, un agente pidió a los asistentes que guardasen silencio para que los perros pudiesen escuchar claramente las órdenes. Además, les explicó algunos fundamentos del adiestramiento de los animales que, según comentó, responden esperando recibir una recompensa que, en este caso, era una pelota.

Posteriormente le tocaría el turno al perro más viejo, de más de diez años, de los tres que participaron en la exhibición. Buscaría una muestra de explosivo escondido en la parte trasera de uno de los coches patrulla. Un trabajo rápido. Sólo quedaba «Lua», que se encargaría de encontrar las muestras de droga que habían escondido tres de los participantes en la exhibición. Los niños seguían con atención las evoluciones de «Lua» y aplaudían al final de cada ejercicio.

Los agentes de la unidad de subsuelo desplegaron parte del material que utilizan en sus intervenciones en dos mesas situadas en el patio. Explicaron a los estudiantes cuál era la labor que desarrollan en la región. Esta exhibición de la Policía Nacional fue organizada desde la Comisaría de Luarca tras recibir las peticiones de varios colegios del municipio. El inspector jefe, Luis Balboa, aseguró que los centros educativos interesados deben dirigirse a la Comisaría, que ya desarrolló otras exhibiciones. Los pequeños disfrutaron de la experiencia y ayer, después de este taller, todos querían ser policías de mayores.