He leído en algún sitio, no recuerdo dónde, que cierto día en esa zona del londinense Hayde Park donde suelen instalarse toda suerte de predicadores o discurseadores, uno de ellos, con un cajón como plataforma, proponía al grupo de papanatas que le escuchaba ir al palacio de Buckingham y quemarlo. Como lo desaforado de la proposición atrajera un número excesivo de curiosos, un «policeman» a fin de restaurar la comprometida circulación por aquel lugar del parque se acercó pacíficamente y dijo con el característico sentido del humor británico: « Caballeros, los que estén por quemar el palacio pónganse a la derecha y los que no lo estén, a la izquierda, por favor». Aunque esta anécdota tan típica del humor y la tolerancia ingleses no parece que vaya con nuestra forma de ser, aun así yo propondría una experiencia similar para Asturias para quemar la Junta General por inoperante. Se hace preciso que alguien nos cante el gorigori.