Luarca, A. M. SERRANO

Marienca Gago está acostumbrada, pero algunos de los muñecos de bebés que fabrica asustan a la gente que se acerca a contemplarlos por su realismo. La luarquesa se dedica a este mundo desde hace cuatro años y hace pocos días clausuró una exposición única en Asturias que ha tenido mucho éxito. «Si es que es increíble, no parecen muñecos», confiesa Marienca. Efectivamente, si te descuidas, parece que estás cerca de un bebé: «La sensación que te da es que estás ante un ser real».

Marienca se aficionó a este «hobby» hace cuatro años y entonces empezó a leer sobre un mundo muy conocido en Estados Unidos, el «reborn» (renacer). Compra las piezas base, el cuerpo, a través de internet y después pinta estos moldes e incluso les injerta pelo, material que también encarga a través de la red. El resultado: muñecos reales que impactan. «Esto se aprende a costa de hacer y hacer», explica. Sus primeros muñecos los regaló. Ahora ya piensa en coleccionarlos.

Después de dos años de trabajo se ha atrevido con su primera exposición pública, una experiencia piloto que puede tener continuidad el próximo año durante el mes de agosto. La muestra consta de 15 bebés, cada uno de los cuales requiere 20 días de trabajo y una gran inversión. Lo habitual es que el material para hacer un bebé cueste 200 euros. Eso sí, las personas expertas pueden vender el producto en la red ebay por 3.000 euros. Eso sucede, de momento, en el Reino Unido.

De momento, Marienca Gago no ha tenido tanta suerte. Madre de cuatro niños, asegura que siempre le gustaron los bebés y que esta es una forma de mantener a uno al lado, siempre igual, toda la vida (se ríe). Ella dice que hace «bebés realistas»: «Parece que te están mirando», comenta mientras coge uno de ellos en brazos, casi con los movimientos suaves con los que se abraza a un ser humano en sus primeros meses de vida. Y es que su peso es real y su cuerpo articulado. «Tienes que tener cuidado», dice, «es que despiertan ternura», añade la luarquesa.

La venta de sus muñecos puede alcanzar los 450 euros y en esta época de crisis Marienca Gago ya sabe qué destino tendrá una de las recreaciones que tanto impactan: la cederá a Manos Unidas de Luarca, con el fin de participar en una subasta. En el Occidente, ella es la única que se dedica al «reborn», un juguete de coleccionista que, contra lo que parece a primera vista, no está destinado precisamente a los niños.