Castropol,

T. CASCUDO

La responsable del Centro de Experimentación Pesquera de Castropol, Carmen Rodríguez, desmiente que la ría del Eo tenga problemas graves de contaminación por la inexistencia de un sistema de depuración para las aguas residuales de las poblaciones ribereñas: «La situación está totalmente controlada; podemos estar tranquilos». La bióloga castropolense asegura que los vertidos al estuario son una realidad desde hace años pero, ni los análisis que se realizan a las aguas, ni los controles que se realizan a la carne de los moluscos advierten de que la situación haya empeorado sustancialmente o existan riesgos para la salud.

El Centro de Experimentación Pesquera castropolense controla el estuario durante todo el año y, según Rodríguez, los controles efectuados «garantizan la salubridad» de los productos que crecen en la ría como ostra, almeja o mejillón.

Rodríguez explica que las condiciones de contaminación de la ría aumentan en épocas de lluvia o con viento del sur y no especialmente en temporada estival cuando se produce un mayor aumento de población en la zona. Por contra, al ser una ría de poco calado, se produce una gran renovación de agua lo que es positivo para frenar la concentración de elementos contaminantes: «Con la bajamar y la pleamar se diluye y dispersa cualquier vertido. Tenemos eso a favor y que es una ría que está controlada y las aguas y los moluscos se analizan».

Mucho peor es el panorama de la ría de Villaviciosa donde operan actualmente veinticuatro mariscadores. La ría lleva un año cerrada por la presencia de la bacteria Escherichia coli (E. coli) y además temen que no haya trabajo en un periodo de entre tres y cuatro años a consecuencia de un vertido químico registrado en verano y que mató «el 80-90 por ciento de navajas y almejas», según explica Andrés Pérez, que ayer visitó Castropol junto a un grupo de colegas para conocer el centro del que sale la semilla de almeja para repoblar el estuario que les da de comer.