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No hay norma para el pato de Cueva

"Estamos tranquilos, cuidamos a los patos", señala la organización, que seguirá con el festejo pese a la nueva ordenanza de Valdés contra el maltrato animal

Participantes intentando coger al animal en la fiesta de la suelta del pato de Cueva de 2013. A. M. SERRANO

Los organizadores de la suelta del pato de Cueva no se dan por aludidos con la nueva ordenanza municipal de tenencia de animales de Valdés, que prohíbe la utilización de animales en espectáculos "que puedan ocasionarles su muerte, sufrimiento, ser objeto de burlas o tratamientos antinaturales". José Manuel Peláez, miembro de la organización, asegura que el colectivo está "muy tranquilo" y que seguirá realizando el festejo, que consiste en nadar detrás del pato, en la desembocadura del río Esva, hasta darle caza.

La fiesta fue objeto de denuncia en 2013, cuando un colectivo de defensa animal acusó a los organizadores y al Ayuntamiento de Valdés de incumplir la normativa autonómica relacionada con el maltrato de seres vivos. Desde ayer, el concejo tiene una norma que regula expresamente este tipo de actividades.

Con ella, el Ayuntamiento valdesano prohíbe los circos que trabajen con animales, pero también otras actividades donde se acredite maltrato o "se hiera la sensibilidad del espectador". "Nosotros estamos tranquilos, con norma y sin ella", destaca Peláez, que añade: "Cuidamos a los patos que soltamos y un veterinario acredita que no están estresados después del juego". La certificación veterinaria empezó a realizarse precisamente en 2013, después de la polémica.

Los colectivos de defensa animal sí creen que este juego es "antinatural" (una de las características de la ordenanza para prohibirlo) y que el pato se estresa al verse perseguido por la veintena de nadadores que se suelen sumar a la actividad.

La suelta del pato se celebra en Cueva desde el año 1952. Tiene hondas raíces en la comarca y el gobierno actual (en el que se integra la coalición Izquierda Unida, promotora de la ordenanza) no impidió el espectáculo en 2013. "Tenemos que dejar claro que no nos sentimos aludidos, porque aquí no hay maltrato animal. Los nadadores juegan con el animal y el animal con ellos", defiende Peláez. Lo cierto es la actividad consiste en que el pato escapa de los que intentan darle caza. Si llega a tierra, se considera que "ganó" la partida a los seres humanos que le persiguen. Por contra, si una persona le da captura en el río se lo lleva de premio.

La fiesta se organizó el verano pasado sin tanta expectación mediática como en 2013 y sin resolución firme sobre la denuncia presentada por el Observatorio Justicia y Defensa Animal.

El Ayuntamiento de Valdés aprobó ayer la ordenanza gracias a los votos de PSOE, Foro, URAS e IU. El PP, pese a mostrar su rechazo al maltrato animal, no apoya una de las restricciones, la prohibición de los circos que utilizan a animales.

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