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"Una villa saludable empieza con las decisiones del Alcalde", sostienen los expertos

Los estudios advierten de la necesidad de crear zonas verdes y aconsejan evitar los plásticos y sustancias como el perfume

La investigadora Sara Díez, ayer, durante su exposición sobre el etiquetado de los materiales hechos de plástico. A. M. SERRANO

Los alcaldes pueden hacer mucho más de lo que probablemente piensan para mejorar la salud de su vecinos e, incluso, prevenir enfermedades. Lo dijeron ayer en el Hospital comarcal de Jarrio las expertas en factores ambientales y salud Olga Alonso y Sara Díez, protagonistas de la charla que cerró la cuarta edición de la Semana Saludable del área sanitaria I.

Según estas investigadoras de la Unidad de Epidemiología Laboral y Ambiental de Principado, las decisiones que se toman en el ámbito municipal son "muy importantes". Se pueden crear más espacios verdes y con áreas de descanso, hacer campañas para concienciar sobre la importancia de reciclar, consumir energía limpia y crear villas para el peatón y no para los vehículos, "que son grandes contaminantes".

Las medidas se recogen en un plan sobre salud y medio ambiente que está en fase de elaboración y que, si no fallan las previsiones, se presentara en el primer trimestre de 2018.

Según Olga Alonso, para no enfermar es básico no respirar aire contaminado, que causa asma y cáncer de pulmón, entre otras enfermedades. En esta lucha tiene poder la administración, pero también el ciudadano. Siempre se puede no fumar o elegir el pulmón verde de la ciudad para pasear y hacer deporte con los niños, por ejemplo.

"En el día a día podemos hacer muchas cosas para prevenir enfermedades", dijo Sara Díez. La investigadora aclaró que estamos expuestos a los llamados disruptores endocrinos, unas sustancias químicas exógenas que pueden alterar el equilibrio hormonal y hacer que el cuerpo enferme. Los estudios vinculan la exposición a esas sustancias con el cáncer de próstata y de ovarios, el desarrollo precoz de la pubertad, la diabetes y la obesidad. "Para evitarlos, tenemos que empezar por el plato de comida", indicó Díez.

Hoy por hoy, la normativa acepta determinados plaguicidas, pero en una determinada cantidad. "El problema es que se acumulan en nuestro cuerpo y crean el llamado efecto cóctel", explicó Díez. Para evitar consumir estas sustancias químicas hay que lavar bien los alimentos, ingerir menos grasa animal (donde más se acumulan estos compuestos nocivos) y también evitar la ingesta de pescados grandes, por su alto contenido en mercurio. Es importante comprar productos ecológicos certificados, del entorno, y no comprar productos precocinados y enlatados.

Todo lo que se toca puede ser contaminante. Por ello, los plásticos no son buenos compañeros. Conviene conocer el etiquetado. Los más seguros son los que vienen marcados con los números 2, 4 y 5 dentro de un triángulo. Se deben evitar el 3, el 6 y el 7. "Tampoco es aconsejable manipular mucho los tickets de compra", indicó Sara Díez para sorpresa del público. Se trata de papel térmico que pronto de prohibirá en Francia por ser nocivo para el ser humano.

En el día a día, también conviene utilizar los felpudos para limpiar bien los zapatos de las sustancias del exterior, y hacer la limpieza de la casa con limón, vinagre o jabón natural.

La cosmética también está en el punto de mira: ni parabenos, ni perfume (de sus más de 3.000 componentes, al menos 700 son disruptores) ni ftalatos ni fenoxietanol.

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