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El Eo alumbra las ostras de la campaña de Navidad: 25.000 ejemplares

El tamaño de las piezas promete, según los productores, contentos con el volumen

El Eo alumbra las ostras de la campaña de Navidad: 25.000 ejemplares

Se acerca la Navidad y con ella el reparto de miles de ostras del Eo, uno de los productos de acuicultura en Asturias que más empuje han experimentado en los últimos años. Los cultivadores en Castropol cuidan con mimo el molusco durante todo su proceso de engorde (entre dos años y medio y tres) y se preocupan de reservar una parte de la producción para el mercado de diciembre, mes en el que el consumo se dispara. Esta Navidad, pondrá a la venta unas 25.000 ostras.

Dice la ostricultora Nuria Núñez que esta época supone "un momento especial, un verdadero reencuentro" con sus clientes más fieles. Además, el tamaño de la ostra promete y el volumen de producción es el esperado. Las ostras eran antaño un producto elitista.

"Gracias a los franceses se empezaron a ver más en la mesa española", explica Núñez. En el país vecino es habitual ver este molusco en las comidas familiares. Ahora España empieza a ganar peso en su consumo. Si bien hace unos años toda producción de este negocio castropolense se dirigía a Francia, "desde que vendemos online tenemos al cliente cerca". La ostra que se vende por Navidad se queda casi toda España y una parte destacada en Asturias.

Comer este marisco en las fiestas de Navidad puede resultar caro o no, según el gasto que suela hacer cada familia en las comidas y cenas que se avecinan. La caja de 12 unidades cuesta 30 euros. La caja de 25 unidades tiene un coste de 40 euros y el valor de la caja de 50 piezas es de 70 euros. Son precios que se adaptan al periodo navideños, dicen estos ostricultores de Castropol, y que no han subido en las últimas tres campañas.

La ría del Eo es el único lugar de Asturias donde se cultivan ostras. La pareja formada por Nuria Núñez y Eduardo Martín hacen todo el proceso en la región. Ayer, sacaron las piezas de la campaña de Navidad para limpiarlas y depurarlas.

Manuel Fernández y Eduardo Martín se encargaron de hacer todo el proceso. Primero, se lleva los sacos de las bateas donde se cría el molusco a la costa. Allí se abre cada una de las bolsas para depositar el producto en cajas. Una vez en las cajas, se inicia el proceso de limpieza. Poco más tarde estas ostras pasarán a la piscina para ser depuradas.

El proceso tiene que ver con cuestiones de higiene alimentaria. La ostra se alimenta filtrando "y lo filtra todo", dice Nuria Núñez. Come básicamente microalgas, pero también absorbe todo lo que aloja el agua. Para evitar las bacterias, los moluscos pasan una semana (el mínimo legal son 48 horas) filtrando agua inerte, es decir, agua previamente esterilizada, que no tiene rastro de bacterias.

Para Castropol eso supone casi un espectáculo y muchos acuden a presenciar el proceso de extracción y tratamiento del producto, que sólo se cría en esta parte de Asturias.

El molusco tienen la peculiaridad de que, una vez depurado, se puede comer crudo, con unas gotas de limón. Un manjar que llega a toda España en un día a través de mensajería refrigerada.

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