Cuando se habla de ciencia, no siempre se debe creer todo lo que se lee o ve. Lo dijo ayer en Luarca el profesor del departamento de Biología Celular y Patología de la Universidad de Salamanca David Díaz López. La lección parece baladí, pero según este experto cada vez pululan más bulos, más mentiras que se venden como científicas y que logran su objetivo.

En una entretenida intervención que por el cercano tono y las múltiples anécdotas captó la atención de un grupo de alumnos del instituto de Luarca, el profesor universitario alertó sobre la importancia de contrastar la información. "Hoy en día tenemos más acceso a la información, pero no toda es veraz, y en lo que se refiere a salud es mejor creer lo que dicen los organismos oficiales", indicó Díaz. Así, no es posible curar el cáncer con una dieta a base de productos de huerta ni tampoco a base de tratamientos naturópatas. Para el profesor universitario, en caso de dudas "siempre es posible acceder a páginas oficiales de los gobiernos, de las universidades o de la Organización Mundial de la Salud". A este respecto, destacó en concreto una web: la de los institutos nacionales de salud Estados Unidos, que se puede traducir al español de forma simultánea a la lectura.

En su charla, Díaz se detuvo en algunos conceptos erróneos muy extendidos. Así, mucho de los que comemos es transgénico, "y no por ser transgénico es malo para la salud ni vamos a enfermar". Puso de ejemplo los tomates. Si no estuvieran modificados genéticamente no llegarían en condiciones de venderse al mercado. "Hemos cambiado algún gen, pero con sentido y sin que afecte a la salud: para que la semilla sea resistente a plagas o para que no maduren tan pronto".

El profesor universitario también habló de contenidos publicitarios que dicen "verdaderas barbaridades". Ocurre mucho con la cosmética. "Recuerdo un anuncio de televisión de una crema que decía 'interfiere con el ADN de tu piel', es terrible que se digan esas cosas", opinó. Díaz López aseguró que la sociedad "se cree lo morboso o lo espectacular", algo que muchas veces está reñido con la verdad. "Con ese impacto que generan en nosotros algunos se hinchan a vender productos", dijo. En cuanto a las terapias alternativas, el profesor avisó de su falta impacto. "No se puede creer en algo que no está científicamente probado", dijo. La charla se incluyó dentro de los actos que la biblioteca del instituto dedica al Premio Nobel Severo Ochoa.