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Cudillero reduce los atascos estivales con la nueva glorieta que desvía el tráfico

"Los turistas la respetan y, lo más importante, la entienden", celebra el teniente de alcalde, Felipe Fernández Los negocios de turismo ven fallos

A la derecha, señal que advierte de la prohibición de circular hacia el centro de la villa. A. M. SERRANO

La glorieta de la entrada a Cudillero desde Villademar "es muy operativa", según el gobierno local. Están satisfecho con la ordenación del tráfico operativa desde agosto y que prohíbe desde el puerto nuevo el acceso a los visitantes en coche y lo permite a los residentes con el fin de evitar atascos en el centro de la villa.

El teniente de alcalde, Felipe Fernández, asegura que no ha habido quejas y que el tráfico es ahora más fluido. "En general, funciona bien; los turistas respetan la señalización y, lo que más importante, la entienden", detalla. El jefe de la Policía local, Iván Flórez, también corrobora este extremo: "Se reducen los atascos". Además, señala que la situación favorece a las visitas programadas en autocares. Estos vehículos de transporte de pasajeros "pueden ahora dejar a los turistas justo en la glorieta y dar la vuelta". También se permite el acceso a los turistas que pernoctan en las empresas del centro.

Entre las empresas la hostelería y hotelería, las opiniones son dispares. La presidenta de Cudillero Empresas de Turismo Asociadas (CETA), Montse Abad, explica que algunos socios, especialmente los que se encuentran en el centro de la capital pixueta, están satisfechos, "pero no los de la parte alta, que salen perdiendo". El problema se encuentra en que muchos turistas que acceden al villa en coche, en caso de no encontrar aparcamiento en la zona del puerto y ante la imposibilidad de cruzar el centro para acceder a El Pito, "sencillamente, se marchan".

"El gobierno se comprometió a señalizar dónde están los establecimientos en la glorieta de arriba, la que da acceso a la autovía y a El Pito, pero no lo ha hecho", señala. Abad espera reunirse este mes con el gobierno para tratar este asunto. "Creemos que mucha gente se fue porque no puedo acceder a algunos establecimientos; se pierden, sin más", dice. Además, considera injusto que los turistas que pernoctan en la villa pueden acceder a la zona de aparcamientos que se encuentran enfrente de la sede de la policía local, y no ocurra lo mismo con aquellos que han reservado mesa para comer o cenar. "No deja de ser algo problemático", señala.

Los hosteleros del centro, especialmente aquellos que tienen sus negocios en la plaza de la Marina, sí se muestran satisfechos con la medida. Uno de ellos es Marcos Fernández. "Estamos muy contentos; no hay atascos y un trayecto de 700 metros se hace ahora en dos minutos, antes se tardaba el doble o más", indica.

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