La piscina de agua salada de Tapia es uno de los reclamos turísticos más destacados del concejo. El gobierno hace un balance "muy positivo" de lo que ha sido su papel en la temporada que está a punto de terminar y ya piensa en mejoras. Así, se está estudiando la posibilidad de implantar un nuevo sistema del llenado y vaciado del vaso, que permita realizar esta función de manera independiente de las mareas. El objetivo es optimizar el proceso y evitar que se pierdan horas de uso en los días de mayor afluencia de público.
Actualmente, el agua de la piscina se cambia dos o tres veces por semana, aprovechando las mareas para ello. "El problema es que para que se vacíe correctamente el vaso de la piscina necesitamos mareas con coeficiente superior al setenta por ciento. Con mareas con un coeficiente inferior, no se vacía totalmente", explica la alcaldesa Ana Vigón (PSOE). Además, incide en que "en muchas ocasiones, cuando se vacía, se limpia y se vuelve a llenar, se queda parte del día del servicio". "Sería interesante no tener que depender las mareas", resume la regidora tapiega.
El equipo de gobierno, junto a los técnicos municipales, se encuentra analizando las alternativas posibles al sistema actual. Podrían ser mediante la instalación de unas nuevas compuertas, o implantando un sistema de bombeo. Los planes del Ayuntamiento pasan por acometer esta mejora durante este periodo invernal, y que estuvieran listas en próximo verano. "Buscamos algo más operativo y funcional", apunta Vigón.
También se analizará la posibilidad de mejorar el fondo del vaso: "A veces los usuarios se quejan de que el agua está sucia, y es por el reflejo del fondo, que es de cemento. Estudiaremos la forma de evitarlo", anuncia la alcaldesa. Las medidas se analizarán a fondo para conocer el presupuesto necesario para llevarlas a cabo.
Por último, la alcaldesa de Tapia pide civismo tras haber registrado dos casos de lanzamiento de piedras a la piscina cuando se encontraba cerrada. "Apareció todo el fondo cubierto de piedras; creemos que es una chiquillada, pero deben entender todo el trabajo que lleva la limpieza de esta instalación", asevera Vigón, que recuerda que mantener en condiciones la piscina de agua salada "supone un esfuerzo en personal y en fondos" para las arcas públicas.
