Un noreñense muy somedano fue el encargado de abrir, ayer, las fiestas de Nuestra Señora de Pola de Somiedo. Sabino Blanco, quien fuera primer director del Parque Natural, recordó los cinco años que pasó en el concejo poniendo en marcha el espacio protegido, donde hizo amigos, entre los somedanos, que aún mantiene. Por eso, cada San Martín recibe vueltas de chorizo casero en casa. "Una fiesta debe ser motivo de alegría y una fecha clave para sacar a relucir ese sentimiento de identidad reforzado de manera decisiva desde la creación de un parque natural que puso Somiedo en el mapa e hizo justicia con los méritos de los vecinos, que durante siglos convirtieron este territorio en el ejemplo a seguir de conservación natural", afirmó.

Blanco conoció Somiedo de pequeño, justo un día como hoy de Feria del Puerto, a donde llegó a comprar bracos. "Acababa de descubrir un territorio hasta entonces desconocido".

Los estudios le llevaron fuera de Asturias y fue en su primer destino en la oficina comarcal de la Consejería de Agricultura cuando tomó contacto con Somiedo. "Un desayuno a media mañana con buen chorizo y tocino cortado muy fino, con una buena hogaza y la bota de vino qué bien sentaban al cuerpo en aquellos lugares", afirmó.

Después fue nombrado director del Parque durante cinco años, poco después de su declaración, en 1988. "Los vecinos fueron, con su comportamiento, artífices del éxito de la constitución del Parque por hacerlo suyo. Recuerdo que, al poco de la constitución, un camión de transporte de ganado que rotuló el anagrama del parque en un tamaño considerable, era una señal de orgullo de pertenecer a este espacio".

Orgullo de las raíces y las costumbres, que Sabino Blanco siente propias como somedano de adopción. Ese fue el aspecto que más destacó y en el que, enfatizó, el Parque Natural (que ya tiene 30 años) tuvo mucho qué ver.