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Herreros para el futuro en Oscos-Eo

"No estamos ante un oficio en peligro de extinción", asegura José M. Salgado tras recorrer Lugo y el Occidente en busca de los últimos ferreiros

El taramundés Pedro Bermúdez, en su taller de Bres.

El periodista y fotógrafo coruñés José M. Salgado ha dedicado casi un lustro a recorrer la provincia de Lugo y el occidente de Asturias en busca de los últimos ferreiros, exponentes de una comunidad cultural prácticamente única en todo el occidente europeo". Su trabajo de investigación se plasma en el foto ensayo "A idade do ferro" (La edad del hierro), donde se contabilizan en torno a un centenar de herreros -casi cincuenta de ellos, en activo- y que pone de manifiesto que la profesión, lejos de desaparecer, está muy viva.

"Es verdad que hay un cambio generacional muy fuerte, pero, al mismo tiempo, el oficio se mantiene vivo a través de bastante gente, que está haciendo cosas muy interesantes. No estamos ante un oficio en vías de extinción", sentencia Salgado. En este sentido, confía en que su investigación contribuya a divulgar la rica y muchas veces desconocida cultura en torno al hierro: "Me gustaría que el libro ayudase a que el oficio vaya hacia arriba y se le dé el justo valor que tiene".

El autor va incluso más allá y se atreve a sugerir la idoneidad de esta manifestación cultural, con más de cinco siglos de antigüedad, para convertirse en Patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, ya que, destaca, se cumplen todos los requisitos establecidos por la Unesco. En este sentido, el libro podría jugar un papel clave, pues documenta todo el proceso, empezando por las antiguas minas del hierro, pasando por las ruinas de ferrerías o mazos donde se transformaba el producto y terminando con los hombres y mujeres que hoy sostienen el oficio.

El "Centro de Artesanía e Deseño" de la Diputación de Lugo encargó a Salgado en 2014 localizar a los herreros aún activos en Lugo para hacer una exposición y un homenaje. A raíz de este trabajo puntual, el coruñés decidió seguir explorando el desconocido mundo del hierro, no solo en la provincia de Lugo, sino también en el occidente asturiano. Finalmente, la implicación del editor Pablo Quintana, natural de Villanueva de Oscos y responsable de la Editorial Canela, hizo que el trabajo se convirtiera en libro.

La publicación, escrita en gallego, castellano e inglés y con una tirada de mil ejemplares, cuenta con casi doscientas fotografías y rastrea el territorio comprendido por tres Reservas de la Biosfera: las lucenses Terras do Miño y Os Ancares Lucenses e Montes de Cervantes, Navia e Becerreá, y la astur-galaica Río Eo, Oscos y Terras de Burón. Además, entre los prologuistas figura el director del Museo del Pueblo de Asturias, Juaco López.

En el trabajo están "prácticamente todos" los ferreiros del territorio, tanto los que están en activo, como los que no. De hecho, algunos de los mayores fallecieron durante el proceso de elaboración del libro. Es el caso del taramundés Mario Castelao o el santallés Antonio Magadán. Junto a ellos también están las nuevas generaciones, en cuyas manos está el futuro del oficio. "Es un retrato en tiempo real", apunta Salgado, que se coló en los talleres y retrata con ropa y aperos de trabajo a todos estos profesionales.

Del centenar de herreros del libro, quince se mantienen activos en Galicia y en torno a treinta lo hacen en Asturias, algunos de ellos, según apunta Salgado, con gran reconocimiento internacional. Los territorios con más actividad en la actualidad son Riotorto, en Lugo, y Taramundi, en Asturias. Ambos se han especializado en determinados productos: en Riotorto, por las hoces (fouciños), y en Taramundi, por las navajas, "que son uno de los símbolos de Asturias".

Salgado se ha encontrado con profesionales "sin complejos", muy conscientes del valor de su trabajo. En este sentido, defiende la extraordinaria calidad de los productos que se elaboran en este territorio astur-galaico: "A veces la gente defiende la tradición como dogma de fe, pero es que estos cuchillos, además del valor de la tradición, son mucho mejores que los que puedes comprar en un establecimiento comercial, y en eso hay que hacer mucho hincapié. No hay que consumirlos por misericordia, es que son mucho mejores".

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