Ni un alfiler cabía ayer en la iglesia valdesana de Cadavedo para despedir al empresario y portavoz en el concejo de la Unión Renovadora Asturiana (URAS), Balbino Suárez Cortina, que falleció en la madrugada del viernes a los 66 años. Tanto sus conocidos como los representantes de los diversos colectivos políticos, vecinales, empresariales y sociales del concejo de Valdés se deshicieron en elogios hacia el edil, al que describieron como un "trabajador incansable" y "siempre dispuesto a ayudar".

"Se pasaba el tiempo trabajando en pro de los vecinos, era su dedicación permanente y siempre estaba pendiente de mejorar el concejo", señaló el presidente regional de URAS, Javier López. Para el secretario general de los socialistas valdesanos, Óscar Pérez, Valdés pierde a "una persona comprometida y luchadora, que siempre tuvo un especial interés en defender el medio rural".

El pregonero de la fiesta de La Regalina, José Manuel Fernández, le recordó como uno de los últimos políticos del pueblo, siempre dispuesto a hacer cosas para mejorar la vida de los vecinos. Entre las actuaciones beneficiosas para Cadavedo destacó el vallado del campo de La Regalina: "Se consiguió por su insistencia". Y añadió: "Era el primero que llegaba cuando había una adversidad y participaba activamente en todo".

Para la presidenta de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Valdés, Mary Rico, Suárez fue un "luchador", e hizo especial hincapié en "esas ganas que tenía de hacer cosas por los pueblos, porque eso es lo que a veces echamos en falta en los gobiernos municipales".

Joel García, contratista valdesano y presidente de la patronal asturiana de la construcción (CAC-Asprocon), también destacó su capacidad de trabajo en favor del concejo: "Estaba muy a pie de obra y controlando que se hicieran bien las cosas; era un trabajador incansable".

El presidente del Gran Consejo Rector del Festival vaqueiro y la vaqueirada, José Luis Rodríguez, considera que todos los pobladores del rural están en deuda con el edil, "un amante de la Asturias rural, defensor de aldeas y pueblos del concejo". Como agradecimiento, pidió permiso a su familia para cubrir el féretro con una bandera de Asturias: "Le habría gustado".

La familia, por boca del párroco Santiago Rancaño, agradeció todas las muestras de cariño recibidas estos días.