El barrio bodeguero de Santiso, en Cangas del Narcea, celebró ayer Santisón, aunque con un espíritu poco festivo. La comisión de fiestas que durante los últimos 18 años organizó los actos tanto del día de Santisón como de Santiso, que tiene lugar el domingo siguiente al 28 de enero, se ha disuelto sin relevo, por lo que la fiesta se ha reducido a una misa y a la apertura de alguna bodega.
El cese de la organización de la fiesta ya se dejó notar ayer, con una menor asistencia de público a la misa y posterior vermú. Entre los vecinos presentes había tristeza por ver desaparecer una fiesta muy querida, aunque coincidieron en reseñar que la tradición no morirá.
"Nos parece muy mal que no haya fiesta, pero yo pienso seguir viniendo y cumplir la tradición de estar en las bodegas", apunta Ángela Calvo. Una forma de pensar que Belén Silvela cree que se mantendrá en muchos de los incondicionales a esta fiesta: "La gente seguirá viniendo por la tradición".
Joaquín Fernández, integrante de la comisión de fiestas saliente, confía en que este sea un año de transición y que en los próximos, otros vecinos tomen el relevo. "Estoy convencido de que las cosas tiene que ir abajo para volver a resurgir, más pronto que tarde volverá a celebrarse Santiso; seguro que alguien verá que no se puede dejar morir después de celebrar mil años de la capilla el año pasado", subraya Fernández.
La Cofradía del Vino de Cangas, que colaboraba económicamente con la organización de la fiesta, también lamenta que este año Santiso se celebre a medias.
Lo que se mantiene es el concurso de vinos artesanos, al que se han presentado unos 30, de los que, el próximo domingo, los asistentes a Santiso podrán catar los cuatro finalistas entre las 11.00 y 13.00 horas. Luego tendrán lugar la misa y la apertura de alguna bodega.
