La crisis sanitaria impidió ayer a los tapiegos acudir al funeral del marinero jubilado Francisco Manuel Méndez, más conocido como Paco de Carrullo. Sin embargo, su despedida fue también multitudinaria y especialmente emotiva, ya que a las doce, la hora del entierro, resonaron en la villa sirenas de barco y los vecinos se asomaron a los balcones y las ventanas para ondear el característico pañuelo marinero. "Gracias por las sirenas y los pañuelos. Las escuchamos y no nos sentimos solos. No tengo palabras", publicó su hija Carmen en un grupo de Facebook muy popular en el concejo para agradecer el gesto. Y es que Paco de Carrullo, que falleció a los 74 años de edad tras una vida dedicada al mar, era una persona muy querida por los vecinos, quienes le recuerdan como "un gran paisano", informa T. C.