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El campo no tiene límites para Ana Inmaculada Adeba

La "Mujer Rural de Asturias 2020" lleva una yeguada y un hotel y piensa en plantar castaños: "Vivir aquí es un aprendizaje continuo"

Mujer rural de Asturias 2020: Inmaculada Adeba, la bióloga que cambió la bata por las botas

Mujer rural de Asturias 2020: Inmaculada Adeba, la bióloga que cambió la bata por las botas

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Mujer rural de Asturias 2020: Inmaculada Adeba, la bióloga que cambió la bata por las botas Ana Paz PAREDES

Que Ana Inmaculada Adeba Vallina, reconocida como "Mujer Rural de Asturias 2020" por la Red Asturiana de Desarrollo Rural, es una enamorada de lo que hace y dónde lo hace, al frente de la yeguada y hotel rural Albeitar en Oneta (Villayón), es algo que se percibe, de inmediato, cuando se la conoce en su entorno y explica lo que significa para ella y para su familia todo el camino recorrido desde que llegó un día allí, hace más de treinta años, acompañando a su marido, Benito Garrido Mora, para ejercer de veterinario.

Actualmente y junto a este y sus hijos se dedican a la cría de caballos de raza árabe, regentan un hotel de agroturismo, cuenta con 700 cabras para producción láctea y también de leche, tienen vacas, producen miel y están proyectando además poner en marcha una quesería, construir una planta de compost para la comercialización de los desechos de la granja de las cabras y plantar de castaños y avellanos.

Mujer rural de Asturias 2020: Inmaculada Adeba, la bióloga que cambió la bata por las botas

Mujer rural de Asturias 2020: Inmaculada Adeba, la bióloga que cambió la bata por las botas

"Cuando llegamos a Oneta compramos unos caballos para ir a dar unas vueltinas y nos dio por empezar a criar. Encontramos una finca que era puro matorral, la limpiamos por completo nosotros, la transformamos, y así empezó mi actividad profesional como ganadera, propiamente dicha", explica ella mientras sostiene en su brazo a "Rancho", un águila de Harris hermosa. "Este premio es un honor para mí y que hago extensivo a todas las mujeres rurales; pero también es cierto que el mérito de sacar todo esto adelante lo comparto con mi marido y con mis hijos. Sin un trabajo en equipo no sería posible", añade.

"Yo tengo una familia y quizá el éxito ha sido trasladar a nuestros hijos nuestra inquietud por el trabajo y por el esfuerzo. Yo pasé de no saber lo que era un huerto a estar proyectando un plantación forestal y frutal con fertirriego, y nos estamos formando para sacarlo adelante. No es para ir a coger castañas o avellanas para consumo propio, es para comercializarlas. Y es que tenemos quedarle valor al suelo, que no se lo estamos dando, y tiene mucho, señala Ana Inmaculada.

Ella tiene una visión muy clara de la mujer rural y defiende que las mujeres en el campo siempre han tenido iniciativa en las casas y que han sido y son pilares fundamentales. "El campo prepara a la mujer desde que nace, y no necesita título alguno que se lo reconozca. Tiene una serie de conocimientos que no se valoran. Cualquier catedrático de cualquier especialidad igual no sabe cuando es el mejor momento para sembrar patatas, y eso es conocimiento. Vivir en el campo es un aprendizaje continuo. Lo que hay muchas veces también es querer y, cuando quieres, puedes. Seas hombre o mujer", dice.

La yeguada les ha dado muchas satisfacciones hasta el punto de contar en la actualidad con animales de prestigio internacional. “Nosotros tenemos una genética de élite y, después de todos estos años puedo afirmar, y no es una inmodestia decirlo, que hemos criado campeones que han participado en concursos internacionales poniendo el nombre de Oneta en el mundo”, dice con orgullo. Ella cree que Asturias es perfecta para criar estos animales. “Es un lujo criar aquí caballos de competición, en una fincas inclinadas donde se pueden mover con libertad, haciendo tendones de acero, lo que no se puede pretender es criar un caballo de salto dentro de un box”.

Otro logro personal es su hotel de agroturismo que ella explica muy bien. “Esto es una granja que tiene un hotel, y no al revés. Aquí la gente viene a disfrutar del agroturismo, a participar en él y son los niños quienes más lo disfrutan. Tenemos familias que repiten todos los años”, afirma esta mujer para quien la diversificación es esencial para vivir todo el año en el medio rural. “Tu tiene actividades estacionales y por lo tanto tienes que poner en marcha las que rindan todo el año también. La cría de caballos es costosa y su comercialización es muy inconstante, de ahí que contemos también ahora con las cabras, leche y carne; pensemos en la quesería, tengamos miel, sidra de nuestra pomarada o vayamos a plantar avellanos y castaños”. Y a renglón seguido añade:”Ahora nuestra seguridad en el campo tiene ahora un valor añadido que puede ser un aliciente para que la gente vuelva a lugar del que, tal vez, nunca debería de haberse ido".

Esta emprendedora rural hace especial hincapié en la necesidad de una buena cobertura de internet, para que, quienes miran al campo como lugar de futuro para vivir y trabajar, tanto en el sector primario, como en cualquier otro trabajo, puedan hacerlo. “Yo tengo buena cobertura porque tengo conexión por satélite pero está claro que hoy en día, y además con lo que está pasando, es totalmente necesario que el medio rural cuente con cobertura de internet al máximo nivel para fomentar que la gente pueda venir al campo, y teletrabajar desde él. Hacerlo en un espacio como éste, por ejemplo. Por desgracia y con las circunstancias en las que estamos inmersos, se han abierto también un montón de oportunidades, como pasa con todas las crisis, que hay que saber manejarlas y verlas con una visión más amplia. Las comunicaciones por carretera se van sobrellevando y es cierto que siempre son manifiestamente mejorables, pero lo que es imprescindible es contar ya con una buena red de internet. No cabe duda alguna”, afirma Inmaculada Adeba, mujer entrañable, sonriente, que habla con cariño de su clientela, de su trabajo, de su familia, de sus animales y de una forma de vida de la que se siente orgullosa.

Por todo ello, el próximo 15 de octubre y dentro del marco del Día de la Mujer Rural, en el Museo Jurásico de Asturias en Colunga, se le hará entrega del premio Mujer Rural de Asturias 2020, recibiendo igualmente una escultura diseñada exprofeso para este galardón por el escultor asturiano Kiko Urrusti.

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