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La huella de Severo Ochoa, clave en Luarca para elegir los estudios de Bachillerato

El 48% del alumnado se decanta por la rama de Ciencias y Tecnología por el “impacto” del premio Nobel y de su alumna Margarita Salas

El profesor Julián Torre, en una clase de Biología en uno de los laboratorios del Instituto de Luarca.

El espíritu científico de Severo Ochoa (1905-1993) está muy presente en el instituto de mismo nombre de Luarca. El Premio Nobel de Medicina valdesano y su discípula y también reputada investigadora valdesana, Margarita Salas (1938-2019), dejaron una huella “imborrable” en el único centro de enseñanza secundaria de Valdés y ello se manifiesta en el número de alumnos que se descantan, curso tras curso, por el bachillerato de Ciencias y Tecnología. Este año, el 48 por ciento ha elegido esta especialidad.

El dato “se mantiene en el tiempo y año a año”, y cobra más importancia si se tiene en cuenta que este centro es el único del Occidente en ofrecer las tres alternativas: Artes, Ciencias Sociales y Humanidades, y Ciencias y Tecnología.

Julián Torre es uno de los profesores del departamento de Biología y Geología. Llegó el centro luarqués hace más de dos décadas y por ello conoce bien la evolución de las preferencias. “Sin duda, las figuras siempre presentes de Severo Ochoa y de Margarita Salas tienen una influencia directa en los alumnos y en sus familias, y a la hora de elegir esto es más importante que la salida laboral de los estudios”, opina.

En primer lugar, Severo Ochoa está detrás del nacimiento de los laboratorios. En 1986 donó 1.400.000 de las entonces pesetas para adquirir material. Una cantidad nada desdeñable para la época con la que se compraron aparatos que permitieron dar un salto cualitativo en la enseñanza: la teoría empezó a ponerse en práctica.

En segundo lugar, Luarca es escenario desde hace 17 años de una Semana de la Ciencia dedicada a Severo Ochoa y apoyada por investigadores de primer nivel gracias a que fue dirigida en vida por Margarita Salas. “De una u otra forma, siempre hacemos partícipes a los alumnos de estas jornadas, siempre se habla de Severo Ochoa y de Margarita Salas”, indica el profesor, quien asegura que, estas “magistrales charlas” y el entusiasmo de los ponentes por la investigación, “tuvieron un impacto directo en muchos estudiantes”.

Por la izquierda, Susana Martínez, Rubén Cernuda y Julián Torre, ayer, en el instituto, con una foto de Carmen García Cobián y Severo Ochoa detrás. A. M. Serrano

Rubén Cernuda es otro profesor del departamento de Ciencias. Trabaja desde hace dos años en el instituto luarqués y cree que a la hora de explicar la clara preferencia de los alumnos por esta rama científica “hay que hablar de profesores que son históricos y también de los laboratorios que están muy bien equipados”.

La docente Susana Martínez llegó este año el instituto. También cree que el esfuerzo del personal del departamento “es determinante” para influir en los alumnos. Explica Martínez que ella fue alumna de docentes que todavía hoy imparten clase. “Es un equipo unido, con ganas y que hace todo lo posible para que las cosas salgan bien”, señala.

Este año, la pandemia no permite las prácticas en los laboratorios, pero la historia de Severo Ochoa se recuerda cada año en el aula. Además, cerca está la 18ª Semana de la Ciencia. Todas las ponencias serán telemáticas (acceso desde la web municipal) y desde el instituto tendrán “atención plena”. El lunes 23, a las 19 horas, la viróloga Margarita del Val ofrecerá la charla “Lo que vamos sabiendo del coronavirus”. El martes, la investigadora Clara Menéndez responderá a las pregunta: “¿Son las mujeres embarazadas un grupo de riesgo para el Covid-19?”; el miércoles, el biólogo Lluis Montoliu presentará “Las herramientas CRISPR de edición genética: el Nobel que pasó de largo”; el jueves, Federico de Montalvo disertará sobre la ética en plena pandemia; y el viernes, a las 12 horas, la científica María Berdasco hablará de “Epigenética o cómo no todo lo que somos está en nuestro ADN”.

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