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Jarrio ya realizó más de la mitad de las pruebas pendientes del cribado de mama

El hospital está trabajando a destajo en las últimas semanas para reducir la lista de espera generada por el parón del programa durante un año

Hospital de Jarrio

En el hospital comarcal de Jarrio se hacen estos días mamografías a destajo. El objetivo de este ritmo frenético de trabajo es eliminar la lista de espera generada tras un año de parálisis en el programa de cribado del cáncer de mama del Noroccidente. Fuentes sanitarias confirman que, desde que se retomó la actividad, el pasado 9 de noviembre, ya se han realizado en torno al sesenta por ciento de las pruebas pendientes. Aunque oficialmente nunca se confirmó una cifra concreta, el total de mujeres en espera rondaba las 4.000.

El Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) reconoció en octubre el parón de este programa fundamental para la prevención del cáncer de mama. Entonces explicó que la parálisis se debía a la falta de profesionales en el servicio de radiología del centro coañés y también a las circunstancias derivadas del covid-19, que ralentizó o directamente suspendió algunas actividades en los equipamientos sanitarios.

Según explicó el Sespa en su momento, tras cubrir varias plazas vacantes, el servicio estaba ya en disposición de retomar el cribado y así se hizo a principios de noviembre, con la idea de trabajar a un ritmo alto para realizar las pruebas pendientes a las mujeres de entre 50 y 69 años del Área Sanitaria I.

Una de las primeras en ser citada fue una vecina de Puerto de Vega, a la que llamaron un sábado por la tarde para citarla para el día siguiente, domingo, a las ocho y cuarto de la mañana. “Me preguntaron si podía y dije que me dieran la primera cita libre, por eso me citaron tan pronto”, cuenta esta mujer, que había llamado varias veces al centro hospitalario para interesarse por el retraso en la citación. “Me la tenían que haber hecho en febrero, así que estaba pendiente”, cuenta.

Otro ejemplo de este trabajo sin descanso es el de una tapiega citada el pasado sábado a las nueve de la mañana. “Me dijeron que trabajaban mañanas y tardes y que la gente se sorprendía de ser citada a horas o días poco habituales”, precisa. Además, muchos pacientes se sorprenden porque las citaciones se hacen con poca antelación y lo habitual es que, si la persona tiene disponibilidad, la citen de un día para otro.

El cribado es un programa preventivo que consiste en la realización de una mamografía a las mujeres de entre 50 y 69 años, a las que se les hace un seguimiento cada dos años para localizar a tiempo cualquier problema.

El hospital coañés solía parar el cribado cada verano y se retomaba a continuación, sin embargo, en septiembre de 2019 la carencia de profesionales impidió hacerlo y obligó a priorizar las pruebas diagnósticas durante aproximadamente un año. La plataforma “Salvemos nuestro hospital”, promovida por el PP para defender el hospital coañés, fue la primera en denunciar la situación cifrando la cifra de mujeres en espera para este servicio en torno a 4.000. La plataforma se quejó también de que el hospital infrautilizara el mamógrafo de última generación donado en enero de 2018 por la Fundación Amancio Ortega.

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