Sospresa colosal en la costa tapiega. Una ballena varó ayer por la tarde en la playa de Serantes para asombro de las personas que en ese momento paseaban por el arenal. El ejemplar es un rorcual boreal de 13 metros de largo y 15 toneladas de peso según las primeras estimaciones y con hábitat en las aguas norteñas.
Había sido avistado un día antes, según el presidente de la Coordinadora para el Estudio de las Especies Marinas (Cepesma), Luis Laria. En ese momento, estaba más alejado de la costa. Ayer por la tarde varó sin remedio entre las rocas de la playa. Voluntarios de este colectivo, guardas del Principado y agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil siguieron atentamente la evolución de la ballena, si bien nada se pudo hacer por liberarla. A última de la tarde se descartó toda actuación por el riesgo del dispositivo y las escasas posibilidades de éxito, “Es caso imposible salvarla”, dijo Luis Laria, para quien es “peculiar” el viaje de este especie que habita en aguas del Norte, mucho más frías.
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El ejemplar llegó con vida a la costa, pero falleció a última hora de ayer tras presentar síntomas evidentes de fatiga. Según Laria, no se puede descartar ninguna hipótesis, si bien se cree que no estaba enferma. En 25 años, es la segunda vez que una ballena rorcual boreal vara en la costa asturiana. Cepesma dató otra “visita” a Ribadesella el verano pasado.
La presencia del animal generó revuelo en la playa, si bien la coordinadora desaconseja tocar al animal “y nunca nos debemos acercar a la zona donde respira porque puede expulsar patógenos”, destacó Laria. Por otro lado, un cetáceo que acompañaba al rorcual boreal que está en Serantes fue avistado ayer cerca de la costa naviega.