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Sorpresa en Cudillero por la precipitada marcha del párroco, José Pérez Barcia

El Arzobispado ha decidido su jubilación mientras los feligreses se quejan de que no se informó de la sustitución “con la suficiente antelación”

José Pérez Barcia, en una imagen de archivo. | A. M. Serrano

Sorpresa en la parroquia de San Pedro de Cudillero y Piñera por la marcha de su cura de toda la vida, José Pérez Barcia. El Arzobispado ha decidido que el sacerdote pase a situación de jubilación y su traslado a la Casa Sacerdotal de Oviedo. El religioso rechazó hacer declaraciones a este diario. En Cudillero, la despedida no se esperaba de manera tan precipitada y repentina. Pese a la avanzada edad del párroco, los fieles no contaban en este momento con la marcha, que, dicen, no se informó con la suficiente antelación. Eso sí, añaden que conocían el interés del cura en su retirada.

José Pérez Barcía, hijo adoptivo del concejo desde 2007, nacido en Nogueira de Muñiz (Galicia) y con 80 años, se despide estos días de los fieles antes de mudarse. Antes de llegar a Cudillero, donde llevaba casi medio siglo, trabajó en la parroquia de El Entrego y dio clase en el seminario de Oviedo. Más tarde, fue reclamado por su tío, entonces de párroco de Cudillero, para ser el titular de este destino, donde pasó finalmente toda su vida. El Arzobispado de Oviedo se limitó ayer a indicar que la decisión del traslado del cura a la Casa Sacerdotal de Oviedo se toma “por la edad” del párroco.

El relevo, el cura de Muros

José Pérez Barcia es una persona muy querida por los vecinos que incluso le preparan ya un homenaje. Será sustituido por el párroco de la unidad pastoral de Muros del Nalón y San Esteban de Pravia, Manuel Antonio Díaz, que ayer admitió que “no contaba” con este nuevo destino, aunque lo asume, como no podía ser de otro modo, explica, “porque es lo que me han encomendado”. “Solo tengo dos años menos que don José y cuando se cumplen años nunca se va a más; vamos todos a menos”, indicó.

Manuel Antonio Díaz pasa ahora a dirigir cinco parroquias y dos capellanías. El pasado domingo se encargó de cuatro misas por la mañana y de una por la tarde. Díaz calificó a su antecesor de “bella persona”. “Estuvo dedicado toda la vida a un parroquia”, dijo.

En la capital del concejo ya preparan un homenaje. Uno de los vecinos, José Camuño-Güavado, ha hecho un llamamiento para que celebrar una “merecida” despedida. Se trataría de acto de reconocimiento “más que merecido y digno de alabanza por su gran labor durante tantos años”. En Cudillero recuerdan al párroco no solo por su labor como tal, también por ayudar a jóvenes con problemas con la droga, ayudar a personar sin hogar y, en lo relativo al ámbito cultural, ser fundador del coro mixto San Pedro de Cudillero, en 1982. También fue promotor de la “institucionalización” del bautizo pixueto en 1983, y encargado de autorizar en 2005 la salida de la imagen de San Pedro, junto al resto de tallas, a la plaza de la Ribera para escuchar el sermón de l’Amuravela, según recuerda José Camuño-Güavado.

José Pérez Barcia también recibió la “Amuravela de Oro” de la asociación “Amigos de Cudillero” en el año 2014.

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