Desesperados. Así están los vecinos de Aguino y Perlunes, en Somiedo, por el mal estado que presenta la carretera que da acceso a ambos pueblos desde la capital, Pola. El firme está muy deteriorado, con grandes baches y socavones, situación que se agrava los días de lluvia porque dificulta más el tránsito. Ambos pueblos suman estos meses de verano más de diez familias que suman 15 niños, todas dedicadas a la ganadería trashumante. Los vecinos quieren que se arregle cuanto antes el firme por las dificultades para circular por la carretera, además de su peligrosidad, ya que los baches provocan que los carros en los que transportan animales y van enganchados a los coches se marchen en ocasiones hacia los lados, con el consiguiente riesgo para los conductores y acompañantes.