A Nieves Rodríguez, septuagenaria de Salas, no se le pone nada por delante cuando se trata de hacer deporte. La vecina de la villa de Salas acude puntual a cada cita deportiva que programa el Ayuntamiento. “Es lo que tenemos que hacer, animarnos”, recalca.
Es precisamente en Salas donde están acostumbrados a ver correr a esta mujer que en enero cumplirá 75 años. Lo hace a su ritmo, sin tener en cuenta las competiciones y son un solo afán: “Divertirme”. Para poder hacerlo entrena cada día, aunque ella no utiliza ese término cuando habla de ejercitarse para estar preparada. Sin embargo, si no sale “a caminar o correr”, se le “cae la casa encima, es como si me faltara algo”, confiesa.
Su amor por el deporte empezó hace ya cuarenta años. Con sus dos hijos en el colegio y un marido que trabajaba entre las ocho y las cuatro de la tarde, “empecé a ir al gimnasio por las mañanas”. Fue en Avilés, donde entonces residía la familia. Después, se propuso correr junto a un grupo de amigas y también recuerda que aquellos años practicó otras disciplinas deportivas, como balón tiro. “Y nunca en todo este tiempo dejé de correr”, señala.
En Avilés, tenía perro y con él solía hacer grandes paseos y carreras. Podía ir hasta San Juan o Salinas, lugares a los que llegaba muchas veces corriendo. No sabe ya en cuántas carreras San Silvestre ha participado y este año irá a por una más en Salas. “Hay que hacer algo cada día, el confinamiento me vino muy mal”, señala mientras relata que no se acuerda cuándo fue al médico. “Creo que antes del confinamiento”, dice. El deporte, asegura, le dio salud. Nunca tuvo una enfermedad grave y tampoco se enfrentó a tratamientos sostenidos en el tiempo por cuestiones menores.
Su vida en Salas es, además, “tranquila”. “Demasiado tranquila, yo siempre digo a las concejalas que tienen que organizar más cosas, cuantas más, mejor”, señala. Nieves Rodríguez tiene especial relación con la concejala de Servicios Sociales, Ana Pérez, “con la que siempre puedo contar, una persona que siempre me llama para participar en todo”, cuenta.
Está convencida de que hacer deporte no solo genera bienestar momentáneo. “Es un gran placer y te sientes fenomenal en general”, apunta. En su vida, ha salido a correr hasta con sus dos nietos, ahora mayores. “Ya no salen conmigo, pero sí empezaron conmigo”, destaca orgullosa. Su próxima meta es correr la San Silvestre sin pretensión de ganar: “Nunca gané nada”, dice. Eso sí, cumplió con todos los recorridos.
