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Alumnos de Cangas del Narcea estudian latín por su cuenta por la falta de profesor

“La EBAU es en junio y a lo más que podemos aspirar es a un cinco”, lamentan los estudiantes, sin docente desde marzo por una jubilación

De pie, por la izquierda, Óscar Collar Fernández, Rodrigo Rodríguez Barrera y Christian González Arias. Sentadas, también desde la izquierda, Marina Díaz Rodríguez, María Fernández Menéndez y Ainara Miralles Pacheco. | Sara Arias

Los alumnos del Bachiller de Humanidades del Instituto de Cangas del Narcea llevan varias semanas sin docente de Latín, concretamente desde que el pasado mes de marzo se jubilara la profesora que venía impartiendo la materia. La situación es especialmente grave para los estudiantes del segundo curso, que tienen la EBAU el próximo mes de junio y preparan la prueba de Latín ayudándose los unos a otros, bajo la única guía de la profesora interina de Griego, Esperanza Mendívil, quien añade tiempo de más a su horario laboral para echar una mano a los alumnos ante una jubilación sin cubrir que afecta también a cuarto de Secundaria y a una tutoría.

“Al llevar tanto tiempo así, necesitamos reforzar contenidos, porque es normal que se nos olviden. No tenemos a quién preguntar las dudas y nos queda mucho por dar”, explica el alumno Rodrigo Rodríguez Barrera, campeón regional del certamen “Cicerone” de traducción de textos latinos.

Queda apenas un mes para afrontar la prueba de acceso a la Universidad y, debido a la falta del profesor de Latín, los alumnos están “agobiados”, como reconoce Christian González Arias.

Los estudiantes cangueses dicen que aspiran a sacar “como mucho un cinco” en el examen de Latín. “Así no se puede sacar nota”, lamenta Ainara Miralles Pacheco. En esta tesitura, están colaborando “todos con todos” para poder hacer el mejor trabajo posible en la prueba de la EBAU.

La ayuda de la profesora de Griego está siendo importante. “Les voy guiando, les doy algunas directrices y lo hago porque están interesados, es una pena que se encuentren en esta situación porque es un grupo muy bueno”, comenta Esperanza Mendívil, quien lamenta que las listas de interinidad de Latín y Griego “son, cuanto menos, poco objetivas porque no se llevan a cabo peticiones”. La Consejería de Educación establece un plazo de tres meses para comunicar la baja, “por lo que ya lo sabían antes de producirse y se podía haber previsto”, zanja la docente.

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