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Fernando Monreal

Especialista en urología

Fernando Monreal

Doctor en Medicina y Cirugía

Pelé y la hiperplasia benigna de próstata

Consejos para evitar una infección o la formación de piedras

Recientemente han operado (el sábado 9 de mayo fue dado de alta, tras ingresar unos días antes) a la estrella del fútbol mundial, el brasileño Edson Arantes do Nascimento, más conocido como Pelé. Era uno de los grandes ídolos que había en mi época de la niñez (todos hemos sido niños en algún momento). A casi todos los mozalbetes se nos volvía la boca grande hablando de este grandísimo deportista, de sus regates a los defensas del equipo rival y de sus golazos.

Pues bien, a sus 74 años ha tenido que pasar por el taller de reparaciones (también llamado quirófano) para subsanar un problema obstructivo de la orina; esta dificultad miccional se la ha condicionado una próstata grande que a finales el pasado año le originó una infección de orina que le obligó a permanecer ingresado en el hospital durante dieciséis días. Y la pregunta que rápidamente nos puede venir a las entendederas es la siguiente: ¿acaso una próstata grande puede ser la causante de una infección de orina y, sobre todo, que le obligue a ingresar en un hospital? Y yo, querido lector, con mi afán de ser docente me veo obligado a decirle que sí, que una próstata grande puede ser la causante de una infección de orina que, incluso, puede originar una prostatitis (infección que afecta a la próstata) que curse con fiebre de más de 40 grados, malestar general intenso, dificultad para orinar y hasta con la posibilidad de que se disemine a sangre, causando una sepsis o septicemia. O sea, que se puede llevar a quien la padece al otro barrio. ¿Queda claro que puede llegar a ser una entidad muy grave?

Pero ¿y qué es la hiperplasia benigna de próstata, también conocida como HBP?, ¿a qué nos referimos los médicos cuando utilizamos esta terminología? En primer lugar le diré, estimado lector, que la próstata se alimenta de las hormonas masculinas, especialmente de la testosterona, que es la hormona sexual masculina por excelencia. Por lo tanto, a medida que el varón va cumpliendo años, lo normal es que la próstata vaya creciendo. Y si este aumento de tamaño del tejido prostático dificulta la salida de orina estaremos teniendo los primeros síntomas de la HBP. ¿Y cuáles son estos síntomas?, me estará preguntando al vuelo. Pues nos encontraremos con dificultad para iniciar la micción; con disminución en la fuerza del chorro; con chorro entrecortado y disperso (lo que conocemos como "chorro en regadera"); goteo tras finalizar la micción; sensación de acabado incompleto (vamos, que no hemos vaciado del todo la vejiga); sensación de urgencia para orinar e, incluso, con algún escape (ya nos está indicando que la vejiga está sufriendo); aumento de la frecuencia miccional, tanto diurna (polaquiuria) como nocturna (nocturia).

Esta dificultad para que salga la orina hace que la vejiga no vacíe bien, quede orina residual en la misma y sea un caldo de cultivo para que crezcan gérmenes y nos ocasionen una infección. Al mismo tiempo, con el residuo de orina se depositan sedimentos que pueden ser el núcleo de formación de una piedra o litiasis vesical. Y antes de llegar a estos extremos lo aconsejable será visitar al médico (el de atención primaria o el urólogo) para que tras un correcto diagnóstico nos instaure el tratamiento más adecuado. Parece lo correcto, ¿verdad?

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