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Cien líneas

Visto

Endémicos. Otros cuatro años con los socialistas al mando de la nave o, mejor dicho, del pecio, así que toma Albania compañeru ya que eso desea el pueblo. Asturias, calamidad querida.

Ni en los peores tiempos para la izquierda española dejaron de tener mando en plaza en esta tierra desgraciada así que ahora que el viento vuelven a llenar las velas progresistas aquí continúan los de siempre. La única novedad es que les disputa el poder otra izquierda. Me refiero a Podemos, claro. Más aún cuando en toda España desaparece IU aquí sigue encantada de haberse conocido.

Tres izquierdas por no contar al PP que siempre ha jugado el papel de chica de la limpieza de los siniestros. Ahí está el pacto del duernu por si a alguien le entran dudas. Y ahí están los 800 de la trama jamonera dispuestos a lanzarse sobre nuevas presas y qué decir de El Musel que, él solito, representa el 25 por ciento de toda la corrupción en subvenciones detectada por la UE del año pasado. Una especie de Grecia en apenas unas decenas de miles de metros cuadrados. Mega Pireo.

Quizá los psiquiatras sean capaces de explicar las claves políticas, sin duda paranormales, de tantos asturianos.

Creo que mejor es recurrir al concepto de régimen donde cualquier disidencia es eliminada y toda corrupción tiene su asiento.

A la hora de buscar las raíces de tanta calamidad salta con toda evidencia la transición. Todo se montó desde el franquismo con unos dizque socialistas. Y no se han apeado del burro desde entonces.

Asturias es una ruina programada. Y muchos asturianos, masoquistas que alimentan la hoguera del desastre.

Todo muy democrático, oiga. Muy pero que muy, muy, muy democrático hasta el desastre final.

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