El Ministerio de Fomento ha señalado la fecha de 10 de noviembre para celebrar el reclamado consejo de administración de Gijón al Norte (por cierto, ¿también se cobran dietas por acudir a estas reuniones ferroviarias?). Desconocemos a estas horas si la ministra Pastor, o en quien delegue, llegará con un proyecto de estación definitivo bajo el brazo, con plazos de ejecución e inversiones previstas. Todo lo que no sea concreción de tiempo y dineros se interpretará en esta ciudad como una tomadura de pelo, la enésima, respecto a una actuación que sufre permanentes y vergonzantes retrasos. Si el consejo de administración del 10 de noviembre sólo sirve para marear la perdiz, a poco más de un mes de unas elecciones que anuncian nuevo escenario político, mejor que se suspenda. Si volvemos a la inacción, a las andadas, a alguien le va a crecer mucho la nariz; y habrá que convenir que el plan de vías de Gijón tiene menos futuro que Pinocho en "El coloso en llamas".