A un mes y poco más para las elecciones generales, cualquier iniciativa política de calado es preciso ponerla en cuarentena. La ministra de Fomento, con la anuencia del equipo municipal de gobierno, llevó ayer al consejo de administración de Gijón al Norte el nuevo proyecto para la construcción de la estación intermodal, una obra de más de 400 millones de euros que habrá que financiar con la venta de las parcelas resultantes de la eliminación de la barrera ferroviaria. Carambola, por otra parte, harto discutible a la vista de la penuria del mercado inmobiliario en Gijón, lo que obligará, posiblemente, a un nuevo endeudamiento. Aunque Ana Pastor se esforzó en dibujar cronogramas, su propuesta resultó poco creíble para la Administración regional y para el PSOE local, quienes, por otra parte, se sienten en la obligación, por culpa de la cercanía electoral, de poner chinas en el zapato de la delegación ministerial. Y así, hasta el 20-D. Y después, Dios dirá...