Estábamos temiendo que Gijón se vuelva políticamente aburrida a causa de una prevalente calma chicha en el Ayuntamiento, pero se ha celebrado una asamblea gijonesa de Podemos Gijón y en ella se ha dicho que "se oyen crujir los cimientos del PSOE" a raíz del ofrecimiento de cogobierno que Pablo Iglesias Turrión le lanzó el otro día a Pedro Sánchez. Vayamos por partes, que al parecer es lo que decía Jack el Destripador. (¿No debería la Tertulia Feminista Las Comadres, a la que tanto apreciamos, darle a ese canalla londinense el "Felpeyu" a título póstumo?). Primera parte del asunto: ¿cruje el PSOE? Nos tememos que sí, aunque los de Podemos deberían contemplar que el partido fundado por el otro Iglesia no es precisamente un tenderete de feria, sino una estructura sólida. Puede que hace 20 años fuera la solidez debida a ser un partido de cuadros, mientras que hoy, por el contrario, sea la estabilidad de un partido con demasiados elegidos que son supervivientes empotrados en la política desde su tierna juventud. Pero, de un modo u otro, ahí hay solidez. Segunda parte: ¿Hemos de alegrarnos con que cruja? No. Si acaso hemos de constatarlo, pero el asunto de los jóvenes de plástico -empezando por Sánchez y siguiendo por Luena- no es precisamente como para reírse, sino para llorar. Tercera parte: un PSOE extremadamente debilitado se convertiría más en un problema que en una solución -por ahora-, y más si su colapso fuera paralelo al del PP que, por cierto, recupera el ritmo de que se le descubra un asunto corrupto cada semana. Y Rajoy, ¿qué hace?
