Los "papeles de Panamá" son el nuevo culebrón que nos conduce inexorablemente al verano. Un bufete de abogados ayudó a decenas de españoles a ocultar sus fortunas en paraísos fiscales. Fíjense lo que son las cosas, el mismo que compró el yate de Francisco Correa - "llámame Don Vito"-, el hampón del "caso Gürtel".
Zapatero -por sus grandes obras lo conoceréis- fue el artífice del convenio entre España y la república panameña para evitar la doble imposición en materia de impuestos sobre la renta y el patrimonio y prevenir la evasión fiscal. Una concesión fruto de la hipocresía a cambio de facilidades a las constructoras españolas para optar a los contratos de las obras de ampliación del Canal.
De manera que el escándalo no ha hecho nada más que estallar, con una lista de famosos a la espera de nuevas revelaciones, entre ellos losAlmódovar, Messi y la hermana del del Rey emérito, lo que da idea de la esfera social y la magnitud que abarca el supuesto delito de fraude fiscal. En Islandia, por ejemplo, dimitió ayer el primer ministro por estar vinculado a una de las empresas investigadas.
Los más ricos no quieren pagar tributos. Están protegidos por bufetes expertos en mantenerlos en el anonimato. Normalmente suele dar resultado, sólo cuando se producen filtraciones salta la alarma sobre la débil estructura fiscal que ampara este tipo de delincuencia organizada.
El caso de Messi está a punto de convertirse en paradigma del fraude. La familia del futbolista del Barcelona negó toda participación en una sociedad opaca, pero si se demostrara lo contrario sería un ejemplo de cómo llueve sobre mojado, cuando el astro argentino ya se enfrenta a una causa por defraudar a Hacienda. En fin.