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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Marronazo en la playa

Resulta muy difícil de entender, y aún más de digerir, que la estampa típica de Gijón troque, en estos días tormentosos de un junio meteorológicamente inestable, en una playa de aguas achocolatadas, tal que la Costa Verde se ha vuelto marrón. Obviamente, el color de ayer no corresponde a ningún vertido fecal, sino al arrastre furioso de la riada, pero las fotografías no pueden resultar más desalentadoras: otra jornada de bandera roja en San Lorenzo.

Independientemente de lo que esté pasando con los aliviaderos del Piles y con la procedencia de la inmundicia que ha llegado al litoral desde la desembocadura del río, Gijón tiene que acarrear con las consecuencias de un problema grave de saneamiento, tan grave como lo que ocurre en la playa y que sufre la costa en su conjunto. En este momento, las aguas residuales de la mitad de la población están pendientes de tratamiento en una planta depuradora paralizada por mandato judicial. El Cantábrico, monumental centrifugadora, recibe resignado esos residuos a través del emisario submarino de Peñarrubia, pero no se puede fiar todo el blanqueamiento del proceso a semejante "lavadora" .

Hablamos de un problema de planificación de obras y de inversiones que no se llevaron a cabo en su momento y que se paga ahora. Y que es asunto que compete al actual gobierno municipal pero también a otras administraciones. Y que arranca de más lejos que del mandato de Moriyón. Ocurre que a la actual alcaldesa le toca comerse el marronazo de la playa, pues le va en el cargo, y en la responsabilidad inmediata como responsable del área municipal de Medio Ambiente. Mal asunto, para sacar algo en limpio.

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