Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Billete de vuelta

Francisco García

Un cura de primera

En la parroquia gijonesa de San Nicolás de Bari milita un párroco de primera que es el mismo titular de la capellanía del Sporting, un "páter" de división de honor con influencia en la portería de la que San Pedro es cancerbero, además de ojeador de talentos en Burundi, donde tuvo la misión de pescar almas para la causa sportinguista.

Fernando Fueyo es un santo varón, un cura de campeonato, fiel siempre a los mismos colores, que son dos. Y que ya en pretemporada no piensa en cambiar de parroquia, ni la de El Molinón ni la de El Coto, aunque le llamara a filas Cesare Nosiglia, titular de la archidiócesis de Turín, para que echara una mano en la tarea de convertir a Cristiano a la ley romana, tras nueve años de herejía florentina.

Aunque ya no esté en edad de correr la banda de las naves del templo que ha sido su casa durante tres décadas, Fueyo ha conseguido del arzobispo de Oviedo una ampliación de contrato de un año, una prórroga de doce meses, renovable por cumplimiento de objetivos, para alborozo de su fiel hinchada, ya metida en edad pero joven de espíritu, como el preparador.

En el Sporting, por contra, el contrato de Fueyo es vitalicio: nadie defiende mejor esos colores que este veterano sacerdote, sin una mala palabra, con el catecismo de la bonhomía, por cuyas manos han pasado pecadores de la talla de Barral y hasta musulmanes varios que asintieron con respeto cada padrenuestro. Da igual que la liturgia futbolística sea de maitines o vespertina: allí está el cura para bendecir el césped del santuario rojiblanco con la misma eficacia con que el prelado bendice las aguas de la bahía. No duden que está don Fernando aún para muchas aleluyas.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.