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El diablo entra en el Parlament

El enredo normativo que sufren los "indepes" parece una broma del Maligno

Torra habla también por boca de ERC. Al lanzar su ultimátum a Sánchez, lo hizo en nombre del "independentismo" en su conjunto, no del PDeCAT. Y ayer Rufián reconoció que Esquerra "no sabía" que el president iba a descolgarse con tan terminante amenaza.

La recuerdo, por si alguien encontró el martes algo mejor que hacer que escuchar el discurso del valido: el independentismo no garantizará "ningún tipo de estabilidad" al Gobierno en el Congreso, a menos que Sánchez se avenga a pactar, en un mes, "el modo" de celebrar un referéndum de autodeterminación.

Como se sabe, el Ejecutivo rechazó a las dos horas el ultimátum. Y ayer, evitando respaldarlo, Rufián sentenció: "Los ultimátums los carga el diablo".

Se intuye que los diputados del PDeCAT tampoco asumen el "dictum" de Torra. "Ha ido por libre", aseguran. Así que en el Congreso no hay división.

Pero en el Parlament está clara: el Pleno decidió el martes que los seis diputados suspendidos por Llarena podrán delegar el voto si designan a otro miembro de su grupo para hacerlo. Los 2 de ERC (Junqueras y Romeva) ya lo han hecho. Pero los 4 de Junts per Catalunya (JxC), en el que se integra el PDeCAT, no.

Puigdemont, Sànchez, Rull y Turull no designarán a nadie porque creen que no están suspendidos, dado que antes de votar el punto relativo a la delegación de voto, que fue aprobado por mayoría simple, la Cámara catalana rechazó acatar la suspensión decretada por Llarena por mayoría absoluta.

Cuestión de ingeniería parlamentaria: como en el primer punto (modo rebelión) la CUP estaba de acuerdo, mayoría absoluta; como en el segundo (modo pragmático) estaba en contra, mayoría simple.

Problema 1. Los letrados del Parlament avanzan que los votos de Sànchez, Rull, Turull y Puigdemont no computarán porque el Pleno ha hablado y ha dicho que, para votar, deben antes designar y delegar.

Problema 2. La mayoría que sostiene al Govern, que era de 66 escaños (a dos de la mayoría absoluta), no se queda en 62, sino en 61, porque el huido Comín retiró la delegación que tenía concedida por la Mesa después de que Bélgica rechazara su entrega a España.

Problema 3. Que a ver cómo aprueban las propuestas de resolución cuando hoy acabe el debate de política general. Por ejemplo, para reprobar a Felipe VI y pedir la abolición de la Monarquía, como propone JxC.

Dios los cría y ellos se juntan. Pero después se pelean.

Será el diablo que menta Rufián, morando en los intersticios normativos.

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