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Álvaro Faes

La tortilla de emergencia

La comida congelada y envasada de los colegios de Oviedo

Sonaba tan bien que a uno le daban ganas de infiltrarse en el comedor del cole a las dos de la tarde para darse un festín. Ecológica, de calidad y con productos de proximidad. Así iba a ser la comida escolar con el nuevo servicio de catering. Lo decían los papeles del contrato, las condiciones que otorgaron el servicio a una empresa de Cataluña. La lechuga de Manolo el de Fitoria, en el plato de tus chicos. Pero no, resulta que venía en camión. El viaje de 900 kilómetros no sería un problema. Todo pasteurizado y cocinado, canela en rama, menú tres estrellas pa los guajes, que por mis hijos ¡ma-to! Abrir la valija alimenticia fue una decepción. El primer día, el segundo, el tercero... Más o menos, seis o siete de cada diez productos, congelados. De proximidad teníamos tortilla de patatas envasada. Tan próxima como que igualita, igualita la tienen en el súper de la esquina. Sí, esa tortilla tan criticada, envuelta en plástico, ahí, redondita, esa que compró usted un día por si las moscas, por si había una emergencia y que quedó en la nevera durmiendo el sueño de los justos porque nadie se atrevió con ella. Por cierto, les doy una exclusiva. Mañana, en su comedor escolar de confianza, crema con calabacín ecológico y estofado de ternera (también ecológico) a la jardinera. ¿Habrá congelados?

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