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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Respeto y falta de respeto

Da la impresión de que Pedro Sánchez le tiene mucho respeto a Susana Díaz y bastante poco a Javier Fernández, pese a que ambos iban con gorra de mando en el puente de la nave que en un momento convulso de la historia del PSOE llevó al actual presidente del Gobierno al pairo, a cañonazos, aunque no alcanzaran a hundir su pecio.

El Ejecutivo sanchista seguirá vendiendo bombas a un régimen manchado de sangre "por responsabilidad", según palabras de su titular el miércoles en el Congreso; pero principalmente para no contrariar a los príncipes turbulentos de Riad, no sea que agarren un enfado de tormenta del desierto y le hagan un Khashoggi con la compra de cinco corbetas que se van a construir en la bahía de Cádiz y que podría dejar en la calle a cientos de trabajadores andaluces y en merma de votos a su presidenta, en vísperas de unas elecciones cruciales.

También por responsabilidad y por la garantía del empleo podría el Presidente dar a torcer el brazo de su ministra de Transición Ecológica, paladín de la descarbonización, pero Javier Fernández ya está amortizado y quien le sustituirá como cabecera de cartel electoral socialista en Asturias no va a rechistar, aunque los reyes electorales le traigan carbón en lugar de votos y un Ibertrén de juguete en vez de traviesas del AVE.

Mientras, y en lo que a Gijón afecta, el Gobierno le hace un guiño al PNV y asume el soterramiento del tren de alta velocidad a su llegada a Bilbao, tal como se había pactado con Íñigo de la Serna. Seguramente se trate de un peaje al apoyo de los nacionalistas vascos a la investidura de Pedro Sánchez. Aquí, mientras tanto, seguimos pagando el peaje del Huerna.

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