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Sol y sombra

La "España facha"

Los que miran el dedo en vez de la luna se han puesto de acuerdo en decir que ayer en Colón había una manifestación totalmente facha. Puede que hubiera "fachas" en Madrid enarbolando banderas españolas y exhibiendo el repertorio folclórico nacional de siempre. Pero tampoco hay que descartar que entre las decenas de miles que se sumaron a la protesta hubiera personas en favor de la unidad territorial a las que simplemente no les gusta Sánchez y quieren empezar a manifestarlo en la calle para poder hacerlo en las urnas, porque piensan que ya va siendo hora de que se convoquen elecciones.

El más interesado en extender la idea de que entre él y su objetivo sólo se encuentra la "España facha" es el propio Sánchez que no tiene inconveniente, sin embargo, en sentarse a una mesa con los "demócratas independentistas" afines a Puigdemont, aliado de los ultraderecha filonazi flamenca, por citar sólo un caso. Sánchez, por el momento, se ha inhibido ante el clamor social de la "España facha" y el miedo a una nueva división interna en su partido que no se mostró públicamente en Colón por repliegue de última hora del Gobierno. Pero volverá a insistir en el "diálogo presupuestario" con el facha de Torra, a quien él mismo tildó en su día de "racista y supremacista".

El problema es algo más complejo: no basta con reducirlo a la vieja dicotomía de fachas y no fachas. No todo es blanco o negro. Pongo un ejemplo, hay muchos españoles que no están dispuestos a votar a quienes por razones religiosas pretenden penalizar el derecho al aborto, pero tampoco se les pasa por la cabeza hacerlo por quien no le importa acabar con el consenso constitucional y reunirse, por simples ambiciones personales, con quienes se sublevan y amenazan el Estado de derecho. Son los que creen que el país, en las manos del actual presidente, se ve arrastrado al descrédito y al abismo.

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