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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

El enigma Ciudadanos

Luces y sombras de un hipotético pacto del partido naranja con el PSOE tras el 28A

Uno de los contendientes de las urnas de abril que atisba ante sí un panorama más enrevesado es Ciudadanos, al que el PSOE sitúa interesadamente en el bando de la derecha trilliza. Que se sepa y a lo que parece, el partido de Rivera es de natural centrado, lo cual le autoriza a la equidistancia. Antaño, en este país, quien conquistaba la centralidad se llevaba el gato electoral al agua. Hoy hemos pasado del bipartidismo a la simplificación del bifrontismo, y el centro parece un espacio despreciable, como se desprecia, en medio de tanto babayismo, la moderación.

¿A alguien en su sano juicio escandalizaría un gobierno común de socialistas y naranjas, que evitara al PSOE el trago de obligarse a caer en brazos del populismo y de los independentistas? Escandaliza, sí, a ERC y JxCat, que considerarían ese acuerdo el peor escenario para sus planes secesionistas. Y algo se huelen los díscolos de Cataluña, que ahora evitan marcar condiciones de máximos y se alejan de la exigencia del referéndum que impusieron en elecciones precedentes. Los nacionalistas no quieren a Rivera ni en pintura.

Ocurre que Ciudadanos tiene el problema catalán agarrado a su ADN como una lapa. Es el trauma de la infancia de este partido, que nació en Cataluña en defensa de la españolidad y sufrió -y sufre aún hoy- el escarnio de sus enemigos territoriales. Difícilmente un partido que hace del artículo 155 uno de los argumentos esenciales de su programa electoral pueda prestar sus escaños a un Gobierno que negociará, sí o sí, con los independentistas.

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