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Joaquín Rábago

¿Cuál será el próximo golpe?

La respuesta de Irán al asesinato, por orden de Trump, de su héroe nacional, el general Soleimani

El mundo entero contiene la respiración en temerosa espera de cuál será el próximo golpe de Irán en respuesta al asesinato, por orden directa del presidente Trump, de su héroe nacional, el general Qasem Soleimani, en suelo iraquí. Muchos comentaristas se preguntan si EE UU no se habrá pegado un tiro en el pie con ese magnicidio, que no sólo contribuirá a reforzar al sector más duro del régimen iraní sino también su influencia en toda la región.

El Gobierno de los ayatolás ha anunciado ya una "nueva fase de resistencia" en Oriente Medio, aludiendo claramente a las milicias pro-iraníes tanto en Irak como en Líbano, Gaza o el Yemen, que estarán dispuestas a actuar, siguiendo sus órdenes, en cualquier momento.

EE UU ofrece todo tipo de blancos al natural deseo de venganza de los iraníes: los buques de guerra que navegan en aguas del Golfo, las numerosas bases militares que tiene la superpotencia y cualquier soldado que tenga la nacionalidad estadounidense.

La escalada del conflicto con Teherán tendrá sin duda numerosas consecuencias, todas ellas negativas: reforzará, como hemos dicho, al sector más duro del régimen en las próximas elecciones parlamentarias de ese país, que tienen lugar en febrero, con lo que se limitará aún más el margen de maniobra del presidente Hasán Rohani.

En el vecino Irak, conmocionado no sólo por el asesinato de Soleimani sino también la muerte, en el mismo acto de guerra de Abu Mahdi al-Muhandis, jefe adjunto de las Fuerzas de Movilización Popular, respaldadas por Irán, se volverá todavía más difícil la formación de un nuevo Gobierno.

Y el único beneficiario de lo ocurrido será sin duda el Estado islámico, al que combatió con probada eficacia Soleimani tanto en Irak como en Siria, arrebatándole buena parte del territorio conquistado, y que ahora tratará de reorganizarse aprovechando la ausencia de tropas extranjeras, lo que puede provocar nuevas oleadas de desplazados.

En las multitudinarias manifestaciones celebradas tanto en Irán como en Irak en protesta por el atentado se vieron quemar banderas no sólo de EE UU sino también de Israel, país cuyo primer ministro, Benjamin Netanyahu, aplaudió la decisión de Trump de acabar con la vida del general iraní.

Conviene recordar que el propio jefe de los servicios de inteligencia israelíes, el Mosad, Yossi Cohen, habló en una entrevista reciente de la posibilidad de asesinar a Soleimaini, que sobrevivió ya a un anterior atentado y que se había jactado entonces de ello.

"Con el debido respeto a su bravuconería (Soleimani) no ha cometido aún el error que le colocaría en la prestigiosa lista de objetivos del Mosad", declaró Cohen al entrevistador.

Según el periodista israelí Ronen Bergman, el Mosad ha asesinado al menos a cinco científicos nucleares iraníes y, de acuerdo con otras informaciones, el número de enemigos del Estado judío asesinados fuera de sus su fundación judío en 1947 es de sesenta o setenta.

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