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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

A falta de pan, reabre el circo

El regreso del fútbol ya tiene fecha y cuenta con las bendiciones del baloncestista de la Moncloa, como anunció solemne en su última homilía televisiva para hacernos pasar por el aro y desviar el tiro del acuerdo con Bildu: a falta de pan, que levante la carpa el circo. Que ruede el balón por el prao, aunque sea con celebración aséptica de los goles y sin el calor del público amontonado; un espectáculo que suplirá la presencia de espectadores con la enorme expectación que ayudará a multiplicar en las próximas horas el altavoz de la maquinaria mediática deportiva. Viva la Liga y su abundante ración de opiáceo: 110 partidos a disputar en 38 días. Sobresaliente colocón para evadirse de los ERTE y los muertos. Y con cinco cambios por partido; como debería hacer el Gobierno, al menos uno al mes.

De aperitivo, el 11 de junio, a las diez de la noche, con la fresca, un Sevilla-Betis. Un duelo fratricida, idóneo para confrontar, a pequeña escala, el drama creciente de las dos Españas. Para más inri, la competición podría acabar el 18 de julio. No lo habría diseñado con tan aviesa maldad ni Ortega Smith. ¿Celebrarán los de Vox los goles del Madrid desde el balcón con una cacerolada?

En Gijón, los sportinguistas ya saben a quién alentar en ese partido que inaugura el palmario oxímoron de la nueva normalidad: rojiblancos travestidos en blanquiverde. A los de Nervión, ni agua en vaso de sidra. Vuelve la Liga y con ella las polémicas de chigre pero no en la barra, con mucho VAR y menos bares, que algunos ya no podrán levantar, asfixiados, la persiana metálica del cierre. ¿Cómo no vamos a echar de menos los derbis y los clásicos si el presidente de la competición, de rostro pétreo de esfinge, lleva el apellido de la ciudad de Edipo? Comienza el ciclo de Tebas, generoso en mitos épicos y en tragedias.

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