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Mi querida España

Sobre las medidas contra el covid

A ver, mi querida España, ¿por qué estás todo el día llorando como plañidera en luto constante? ¡Ay, qué nación! Siempre quejándose… ¡Pero si fuiste tú quién decidió el futuro en las urnas! Aunque tu voto se retorció por esos recovecos de nuestra “finiquitada” Constitución, llámese moción de censura.

Entiendo que con la carga de malas noticias que llevas últimamente en la mochila estés disgustada, pero debes de seguir mirando al frente con valentía y esperanza, como siempre has hecho. Vamos a ver lo positivo. Tienes un presidente incorrupto, legal, no dice una mentira aunque lo obliguen, no se casa con nadie y, encima, según mi abuela, muy apuesto. El Congreso de los Diputados siempre tiene aires alegres de feria, no hay circo en el mundo que lo iguale. Hija, poner alegría es importante en esos tiempos. Da gusto escuchar palabras tan esperanzadoras como las de Fernando Simón: “En España habrá pocos casos aislados de coronavirus”. Oye, que el mensaje en sí transmite tranquilidad y confianza, eso no me lo puedes negar. Es increíble cómo la educación avanza a pasos agigantados. Nadie suspende, todos promocionan de curso independientemente de si han alcanzado o no los objetivos y, además, la Consejería podrá decidir si el próximo curso se estudiará en bable y no en castellano. ¿Nun ye estupendu? Quizás así nos entendamos mejor, aunque a los más pequeños no les hace falta pues comprenden a la perfección las instrucciones de la “play”, que eso es lo importante, porque para explicarles la moraleja del lobo y los tres cerditos ya tienen a sus padres, bueno, a su papá Sánchez y a su mamá Estado, como decía el demócrata Stalin.

Al fin te has comprado telas para hacerte un nuevo vestido, vete olvidando el rojo y el amarillo que, por lo visto, están obsoletos, no tardarán en suprimirlos de la gama. Seguro que tu nuevo traje te sienta de maravilla, como el que lleva cada día el señor Iglesias, que da gusto verlo tan impoluto y tan moñoso. Por cierto, mi abuela con este hombre se ahorra los piropos. ¿Dices que te preocupa la unidad? Tranquila, mi querida nación, que todo está controlado. Sólo has de fijarte en tus comunidades autónomas. Cada presidente lo tiene claro, aquí se hace lo que yo diga, fin. A mí ya me avisó Barbón hace unos días que fuera comprando cajas de sidra como si no hubiera mañana y los cántabros seguro que tienen la despensa a rebosar de sobaos y anchoas. A ver, que todo está bien, no llores tanto. Los okupas tienen casa, los parados una cuantiosa ayuda, los hosteleros vacaciones en invierno, los ERTE están mejor que regulados, todos los sanitarios se enfundan en unos envidiables EPIS y los maestros solo se reúnen en grupitos de veinte.

Hoy lloras, querida España, no son tiempos fáciles, te comprendo. Yo también siento tu dolor cuando se empeñan en desquebrajarte y apartar de ti los valores de orden, de respeto y de amor a la patria. Te animo a no perder la esperanza y la fe. Estoy segura de que un día volverás a casa, igual que volverán los abrazos que nos han robado. ¡Ay!… Mi querida España, esta España mía, esta España nuestra…

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