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La Biología es una realidad sociocultural

En defensa de una ley de transexualidad

Pensar que la Biología es inmutable es negar que la Biología es ciencia porque la ciencia es evolución. El conocimiento científico es observación y experimentación en un tiempo y en un espacio. La utilización del método científico nos ayuda a entender las realidades y a proponer nuevas teorías científicas. Este es el objetivo de la ciencia: aprender de lo anterior, observar y analizar para proponer unos nuevos valores y principios que constantemente serán cuestionados a través de nuevas revisiones científicas. Lo que hace años se entendía como inmutable, hoy puede haber cambiado, porque las realidades cambian y la ciencia se construye con las realidades. Asturias, a lo largo de su historia, ha cambiado en su configuración económico-empresarial, en su estructuración social, en su realidad sociopolítica y cultural, etc. Solo se pueden dar respuesta a las realidades asturianas partiendo del momento actual, con sus características concretas en el aquí y ahora. Intentar dar soluciones actuales con análisis anteriores, lejanos en el tiempo, sería un fracaso.

La ciencia ha demostrado que la tierra es redonda, pero hay quien sigue teniendo una visión terraplanista. La ciencia ha verificado la existencia del holocausto, pero hay quien sigue negándolo. También, hoy, hay personas que niegan los beneficios de las vacunas, pero la realidad es que muchos millones de personas se han salvado gracias a ellas. Negacionistas siempre los va a haber. Siempre habrá un o una que siga la dinámica del “de qué se trata que yo me opongo” por algún tipo de interés colectivo o personal o simplemente por molestar.

En los últimos años, se ha vuelto a negar que la realidad biológica humana es diversa y se ha afirmado que el sexo en los animales humanos y no humanos es binario. El biologismo está entrando de nuevo de la mano de la ultraderecha, pero también de la derecha y de la izquierda “por miedo a la derecha”. Lo vemos en el Parlamento asturiano.

Por otro lado, intentar definir el sexo de las personas exclusivamente por su genitalidad es incorrecto científicamente, porque para definir el sexo hay que analizar la genética, las gónodas y la genitalidad. Que el sexo genital sea lo que determine la vida de las personas trans es una injusticia. La sociedad cada vez es más consciente que hay personas que nacen con un sexo biológico con el que no se identifican o no se identifican con ningún género del sistema binario (hombre o mujer) o con ambos a la vez.

La autodeterminación de género de las personas trans (binarias y no binarias) está secuestrada en un Estado social, democrático y de derecho por un miedo irracional, infundado y preventivo. Y el Parlamento asturiano sigue sin dar pasos con respecto a la ley trans, que lleva parada cerca de cuatro años en dos legislaturas.

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