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Antonio Trevín

¿Madrid es España? ¡Dios mío!

Actores y actrices en la contienda electoral madrileña

“Él era como el Perú, Zavalita, se había jodido en algún momento. Piensa: ¿en cuál?” (“Conversación en La Catedral”. Vargas Llosa).

Madrid también se jodió. El 10 de junio de 2003. El parlamento madrileño iba a elegir, al socialista Simancas, Presidente de la Comunidad. Lo impidieron dos de sus diputados, Tamayo y Sáez, al ausentarse del pleno. Pasó a la historia como el “Tamayazo” y fue el más bochornoso caso de corrupción política de nuestra democracia.

Se repitieron elecciones. Correa, líder de la Gürtel, confesó que, de esta segunda campaña, organizó él los actos de Esperanza Aguirre, que se hizo con la presidencia, escoltada por sus lugartenientes González y Granados. Después, ambos, pasaron por el trullo –corruptelas varias– y afrontan aún causas judiciales. Ella, precavida, dimitió.

La sustituyó Cifuentes que, entre títulos que ni pidió ni académicamente sabe como cumplimentó y unas grabaciones arrogándose cosméticos sin pasar por caja, tuvo que dejarlo. La sucedió Ángel Garrido, al que Casado se pulió como candidato en 2019. Como era “un señor de centro” se fue a Cs. Ocupó así cuatro meses la presidencia en Sol Rollán Ojeda, que pocos recuerdan aunque hoy ocupe escaño senatorial.

En 2019 llegaron Ayuso y MAR (Miguel Ángel Rodríguez). No ganaron, pero Cs y Vox les apurrieron los votos necesarios para formar gobierno. Dos años después, cogieron al vuelo una moción en Murcia y convocaron elecciones. Hartos de aliados centristas pretenden mandarlos a “freír espárragos” y decretar al grito: “Comunismo o libertad”. Similar, curiosamente, al del felón Tamayo: “En el PSOE entraron comunistas y maoístas”.

Al sarao electoral se apuntaron señeras personalidades. Primero Iglesias. Después Cantó. Por último Lozano. A los tres escuché en el Parlamento lecciones de “nueva política”. A ninguno tengo en cuenta en mis oraciones.

A Pablo, buen activista y desconocido gestor, gobernar le aburre. La confrontación electoral le pone. Es consciente que el cuatro de Mayo se la juega. Si Unidas Podemos no alcanza el 5% o queda detrás de “Más País” –los que apeó en “Vistalegre 2”– está “kaput”. Mejor un “órdago a la grande” que morir al “trantrán”. Dará espectáculo.

Toni Cantó, actor reconvertido en político, empezó en Cs (2006-2007), saltó a “Vecinos por Torrelodones” (2007-2008), se unió al UPyD de Rosa Diez (2008-2015), volvió a Cs (2015-2021) y se pasa ahora a quien dedicó aceradas críticas parlamentarias: “Rosa comienza la intervención señalando la ausencia de todos los miembros del gobierno. ¿Es así como entiende el PP la separación de poderes?”. (Febrero 2012). El comentario molestó mucho en la bancada popular. Desde ella respondió Antonio Gallego, también en Twitter: “Me han dicho que Toni Cantó ayer publicó una foto con el hemiciclo medio vacío. No puede ser más tonto. Vuelve a la farándula. Sin acritud”.

Irene Lozano, hoy Secretaria de Estado por el PSOE, sabía dejar claros los puntos sobre las íes en el Congreso “Señoras y señores del grupo socialista les voy a explicar lo que es la antipolítica. Es una práctica que han practicado tanto ustedes como el Partido Popular (…), cuando han utilizado a la Administración Pública y las instituciones para colocar a sus amigos, a los famosos ‘amigantes’, amigos y mangantes que dice Emilio Lledó” (25-9-2012).

Este repóker político (Ayuso, MAR, Iglesias, Cantó y Lozano), amenizarán la próxima campaña en Madrid. Solo queda rezar y recomendar a Gabilondo que, además de “soso, serio y formal”, exclame como Tierno: “¡Rockeros: el que no esté colocado, que se coloque... y al loro!”.

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