No es fácil conseguirlo, pero afortunadamente la iniciativa que tuvo en su día el diario LA NUEVA ESPAÑA de poner en marcha una edición específica de las Cuencas ha llegado lejos. Y lo hará aún más. Así que vaya por delante la felicitación desde Comisiones Obreras de Asturias. A la empresa editora por la apuesta ganada y a las personas que con su entrega, oficio y “buen hacer periodístico” lo han logrado. La fidelidad de los lectores y lectoras del periódico es sin duda la mejor prueba de que ha merecido la pena.
Es una buena noticia que la edición de las Cuencas cumpla 25 años, una edad en la que ya se acumula experiencia pero todavía se mantienen la frescura y las ganas propias de la juventud. Han sido más de 9.000 días llenos de noticias –también de nuestro sindicato–, que nos esperaban en los kioscos, en las barras de los bares, en los dispositivos móviles en estos últimos años en los que la prensa ha tenido y sabido adaptarse, subirse al tren de las nuevas tecnologías de la comunicación.
Gracias al periódico nos hemos enterado de buenas noticias: ha dado cuenta de conquistas sociales y avances económicos, de hazañas deportivas y logros culturales, nos ha ayudado a conocernos mejor y saber de lo que somos capaces. Pero también ha tenido que informarnos de duros procesos de reconversión, del adiós a la minería y el cierre de las térmicas, tan unidos a nuestra historia. Ahora las Cuencas se juegan el futuro, inmersas en una transición energética acelerada que no está siendo justa ni con los territorios ni con las personas. Y el periódico debe reflejar esta realidad y ser consecuente.
La labor de los medios de comunicación es tan esencial en una democracia, tan consustancial a ella, que no existe democracia sin prensa libre. Su función es informar y formar. No solo contarnos lo que ocurre sino explicarnos por qué sucede, haciendo compatible la objetividad de un servicio esencial que es, con la tribuna desde la que dar voz a la pluralidad de opiniones que conforman nuestra identidad.
Una de las cosas que más he apreciado siempre de la edición de las Cuencas es la cercanía, esa sensación casi familiar de que el periódico forma parte de la comunidad en la que vivo, de mi entorno personal y social. Quizá por eso ha logrado reflejar tan bien en estos 25 años lo que ocurre en estas comarcas, porque forma parte de ellas.
Que sea por mucho tiempo.
