En la búsqueda de nuevas estrategias para acabar con bacterias patógenas, investigadores del MIT han recurrido a un depredador natural: virus que infectan y destruyen bacterias. Todo empieza con la manipulación de su genoma. El genoma es como un “libro de instrucciones”. Y lo que han hecho los científicos es modificar el “libro de instrucciones de los virus”, escribiendo la receta adecuada para que ataquen a bacterias específicas.
Este enfoque representa una prometedora estrategia en la lucha contra bacterias resistentes a antibióticos. Otra de sus ventajas es la alta selectividad, al permitir destruir bacterias nocivas y dejar intactas a las inofensivas. Entre sus aplicaciones se encuentra la desinfección de alimentos, así como el tratamiento de enfermedades humanas.