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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Cangas de Onís y Archidona

El alcalde de Cangas de Onís afronta dos responsabilidades inmediatas de ineludible trascendencia municipal: convertir en minúsculas todas las omegas que jalonan el emblema de Asturias en su concejo y decidir el tamaño del miembro viril del macho alfa esculpido por el estrambótico chigrero José Concha, personaje –según su propio relato– más viajado que las anchoas que pasea Revilla por los platós televisivos. El edil tendrá que valorar, como autoridad competente, si el escanciador en pelotas, sorprendente campeón de los “selfies” del verano en el Oriente, mostrará en un futuro inmediato sus vergüenzas al visitante en talla S, M o XL. O sea, si el armatoste de madera de culete alto deberá exhibir un miembro modelo Doríforo de Polícleto o del calibre de Nacho Vidal. No es moco de pavo, se trata de una decisión del carajo que tal vez requeriría un referéndum local o una encuesta en la web del Ayuntamiento.

Convendría tal vez que el munícipe iniciara contactos con la localidad malagueña de Archidona, para proponer un hermanamiento que traería cola. Recuérdese que en ese municipio andaluz se cuenta un sucedido de época tardofranquista que dio pie a un divertido libro de Camilo José Cela y a una película casposa. Parece ser que en un cine del pueblo, la calentura a oscuras de una pareja de novios, según narró el premio Nobel en “La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona”, propició arrumacos que derivaron en el trance de la meneanza, hasta el punto que espectadores de la fila posterior se vieron sorprendidos por una lluvia jupiterina, a modo de géiser, que dio con los protagonistas de la manualidad en el calabozo por escándalo público.

En este elogio de la pirulona incluso podría encargársele un laudatorio soneto en asturiano del Oriente a un vate de la comarca.

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