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Víctor Fernández Coalla

La lengua rescatada

Una reivindicación de la dignidad del asturiano

Desde la distancia –la mayor parte de las veces– se ven mejor las cosas. Cuando uno compara algo, se vislumbra mejor la realidad. Mi difunto padre y mi amorosa madre seguramente no hicieron mucho por rescatar la cultura asturiana porque no les tocaba, eran otros tiempos; mis abuelos maternos y paternos aún habiendo salido a vivir y progresar en la capital desde remotas aldeas y villas asturianas e incluso desde la ultramarina emigración cubana, el asturiano les parecía aldeano, feo, indigno de una persona culta y destacada. Solo hurgando un poco más atrás generacionalmente hablando –a través de la única bisabuela que conocí, de nombre Liberata– siento ahora con la distancia del tiempo, que su lengua era otra muy distinta de la que me enseñaron con amor y esfuerzo mis maestros en la escuela. Liberata transmitía sus pensamientos con toda soltura, cariño y sabiduría en un asturiano dignamente perfecto. ¡Ella me rescató!

Hoy, que la vida me ha dado la oportunidad de estar y sentir desde muy lejos diversos lenguajes del mundo, de impartir en la universidad pública una asignatura para fortalecer la escritura académica en español y de ser gestor editorial de una destacada revista académica colombiana, también me siento solidario con la diversidad lingüística de una nación que posee otras 68 lenguas indígenas vivas y que seguramente se perderán más pronto que tarde si los ciudadanos de este lado del charco no lo remediamos.

Hoy, que puedo comunicarme libremente con mis hijos y con amigos de todo el mundo en asturiano, en español y en algunas otras lenguas más que he tenido que aprender, rescato más que nunca y en la distancia, la necesidad de reinvindicar, apreciar y defender la nuestra, la que en el poema “In voce tronitus” ya describía el Padre Galo: “La mía voz ya una vocina/ que apeninas cerca sona/ ya cun ella nun’ha espertare/ la mió Asturias pigarzona”.

Si se rescatan economías y se rescatan empresas…, por qué no se rescatan culturas?

A esta generación de asturianos y asturianas que llevamos más de 40 años rescatando desde la dignidad y la creatividad de la cultura la lengua de nuestros antepasados –que ya es nuestra–, se nos debe consideración y respeto, se nos debe una oportunidad cívica de que nuestra lengua propia disponga de la misma igualdad de derechos que la constitución otorga a las otras lenguas de España para que no desaparezca en el olvido, para que continúe siendo un vehículo de comunicación, cultura, progreso y concordia. ¡Esa es una de las cosas, que desde lejos, también veo necesario rescatar!

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