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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

El Cornón de los vaqueiros

Si ya fueron hace años reconocidos como ejemplares los pastores de los Picos, modeladores ancestrales del paisaje calizo y virtuosos queseros de piezas enormes de tres leches que maduran al humo de las cabañas del puerto al asomo de las talameras, era de justicia idéntico reconocimiento para los ganaderos trashumantes del otro extremo de la región, los vaqueiros de alzada somedanos, los altivos trashumantes de las brañas, los que al acarreo de una labor milenaria trazaron las líneas y diseñaron la cuadrícula verde del territorio que acoge el primer parque natural asturiano en ser declarado.

En Santa María del Puerto, recién “Pueblo ejemplar”, ya no hace como antaño sonar la campana el vecindeiru para reconducir los extravíos ocasionados por las tormentas. Puede tratarse de una localidad desconocida para decenas de miles de asturianos, pero no así para los montañeros de la región, que tienen en esta localidad salida para alcanzar el vértice somedano, el pico que hace frontera entre Asturias y León, el cónico e icónico Cornón, 2.194 metros de altura levantados sobre cuarcitas blancas. Tiene el Cornón la cualidad de cambiar de tonalidad según la luz del día, efecto que seguramente provoca la enorme superficie de liquen que tapiza este pico, de no muy complicada acometida.

Ascender a la montaña sacra de Somiedo con arranque en Santa María del Puerto da ocasión de contemplar la labor ancestral de los vaqueiros, en el camino que sobrepasa la vega de Penouta y conduce al altiplano de las Mozarras, donde crecen enebros rastreros y te mojan las botas húmedos regueros. Desde la cumbre, el espectáculo cautiva y asombra, pues la vista alcanza hasta las Ubiñas. Dicen en el pueblo que algunos vaqueiros solo vieron el mar desde la cúspide del Cornón.

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