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JC Herrero

Jugarse la vida

Los ahogamientos en la costa asturiana y la falta de materiales de salvamento

No es una temeridad sacar a la luz un tema tan delicado como los ahogamientos en el medio acuático, es más una necesidad.

Se inicia 2022, y en apenas un fin de semana, cuatro adolescentes fueron rescatados del mar, in extremis por los equipos de salvamento.

Además de un milagro, una heroicidad para los rescatistas, viendo el estado de la mar. La pericia del piloto de Cruz Roja evitó la tragedia.

El muelle nuevo de Luarca aguarda a que alguien, Autoridad Portuaria, Ayuntamiento o quien disponga empiece a dotar de aros, “latas”, tubos o tablas que puedan ser utilizadas en caso de salvamento.

Algún ayuntamiento, sin dar nombres, nos responde: “se llevan los salvavidas”, tras suplicarles que habiliten de elementos de rescate su playa urbana. De existir uno solo, se hubieran salvado varias vidas, lo saben.

En Gijón, más de lo mismo. Los Bomberos el fin de semana se jugaron la vida rescatando a una señora a punto de perecer. Es su oficio, pero también tienen familia que les aguarda al final de la jornada. El riesgo está presente.

Gijón aprendió la lección, y en su muelle local hay aros salvavidas todo el año, nadie los lleva. Igualmente frente al edificio municipal, tras la tragedia vivida cuando perdimos a un joven que se lanzó a salvar a su perro. Entonces actuamos. Por cierto, esos flotadores están obsoletos y deberían actualizarse, no vaya a ser que estén inoperativos.

La tragedia de Gijón se repite en Coaña en estas fechas. Apenas a cinco metros de la orilla, la playa de los Foxos. La presencia de elementos de rescate hubiera preservado la vida de Manuel, incluso la de “Brisa” su cachorrita.

¿Responderán las autoridades municipales que no disponen de salvavidas, porque se los llevan...?

Ya está bien de recurrir a la anomia, por parte de los unos y de los otros.

Justifican los ayuntamientos, Costas, Autoridad Portuaria y en su caso la Consejería de turno, que no están obligados por Ley a poner salvavidas.

¿Qué Ley? ¿La que devuelve la vida o la que excusa la muerte?.

La pregunta es si el joven Manuel, en Coaña, se hubiera salvado de tener algún elemento de sustentación en donde su mejor amiga fue arrebatada por el mar, él no dudó en jugársela, su propia vida.

Si se llevan los aros o tubos, se reponen. En algún momento los desaprensivos valorarán que les puede salvar la vida, la propia. ¿A qué esperan?

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